Bruselas impulsará la industria de armamento con compras conjuntas, arsenales compatibles y almacenes de emergencia
La Unión Europea avanza para blindarse y armarse. Lo hará aumentando los programas conjuntos de compra de armas a empresas europeas, llenando los arsenales de los Estados miembros con armas compatibles con las del resto de socios, y con la implantación de almacenes estratégicos de componentes básicos —financiados con fondos europeos— que servirán de base de suministro urgente en caso de crisis. La nueva estrategia europea de defensa de la UE busca afianzar una central de compras conjunta, que los socios incrementen los pedidos por ese canal y que en 2035 hasta la mitad de las compras en defensa (en valor de mercado) se haga a empresas europeas, según el borrador de la estrategia, al que ha tenido acceso EL PAÍS.
Bruselas pedirá, además, a los Estados miembros y al Banco Europeo de Inversiones (BEI) que modifiquen sus reglas para permitir financiar a empresas que desarrollan armas y municiones, según el plan que ultima la Comisión Europea. La estrategia incluye también la integración paulatina de la industria de defensa ucrania en los programas europeos.
La guerra de Rusia contra Ucrania fue una llamada de alerta para la UE, que despertó a un continente en crisis, con una guerra abierta y con una industria de la defensa que se había descuidado durante años. Los socios habían externalizado la seguridad al paraguas de la OTAN —22 de los 27 Estados miembros son aliados de la organización militar— y, por tanto, de Estados Unidos, con una inversión limitada y muchas compras fuera del club comunitario.
Con la invasión a gran escala lanzada por Vladímir Putin, los Veintisiete han ido quemando etapas: han enviado armas a Kiev y las han cargado a un fondo europeo, han lanzado una misión de entrenamiento para tropas ucranias y enviado armas cada vez más potentes. Ahora, cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido no descartar ninguna opción —incluso el envío de tropas a Ucrania, una posibilidad a la que aliados tan poderosos como EE UU o Alemania han cerrado la puerta—, muchos miran la capacidad real de la UE y de su industria de garantizar el suministro en caso de amenaza. Bruselas busca reforzar esa industria.
“No se puede excluir una escalada a nivel regional y global”, dice el borrador de la estrategia, de una treintena de páginas, que se presentará previsiblemente la próxima semana y que habla de también de amenazas híbridas, con ciberataques, sabotajes y piratería de infraestructuras y activos esenciales. “Los acontecimientos geopolíticos apuntan a una necesidad imperiosa de que Europa asuma una mayor responsabilidad por su propia seguridad y se prepare para abordar eficazmente todo el espectro de amenazas que afronta”, sigue. Y lograr la preparación para la defensa requiere invertir masivamente en capacidades de defensa.
Poco margen presupuestario
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La estrategia incluye medidas ambiciosas, pero de momento el plan de financiación que la acompaña tiene poco margen en un contexto de presupuestos ajustados y final de la legislatura. Bruselas está buscando todavía de dónde lograr fondos. De momento, puede disponer de unos 1.500 millones reciclados de otra partida, según fuentes comunitarias.
En 2022, el gasto en defensa de los Veintisiete aumentó por octavo año consecutivo hasta los 240.000 millones de euros, según recoge la estrategia. Pero el 78% de las adquisiciones de defensa desde el inicio de la guerra hasta junio de 2023 se hicieron a empresas de fuera de la UE. Además, pese a que hace años se acordó que los Estados miembro debían gastar el 35% del presupuesto para equipos en compras conjuntas, solo se ha llegado al 18%.
Bruselas quiere revertir ahora esto y usar el mismo sistema que empleó para adquirir vacunas para la covid-19: contratos más grandes garantizan mejor precio, pero también ayuda a la industria a planificar los contratos. “Los tiempos de guerra de alta intensidad/desgaste exigen la capacidad de producir en masa, más rápido y juntos como europeos, un gran conjunto de equipos de defensa, como municiones, drones y sistemas de defensa aérea portátiles”, dice la estrategia, que habla de pasar de la “respuesta de emergencia a la preparación”. Invertir juntos, además, “compensará los costes financieros”, dice la estrategia, que ultiman el alto representante para Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, y el Comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, encargado de la industria de defensa.
Bruselas creará un nuevo organismo, la Junta de Preparación Industrial de Defensa, y apoyará con programas de financiación de la UE “proyectos emblemáticos relevantes”, sectores industriales que deben reforzarse, capacidades de defensa que deben industrializarse, y cuellos de botella críticos que obstaculizan la seguridad del suministro.
El plan también impulsará que los equipos de defensa que tienen los Estados miembros puedan ser “interoperables” e “intercambiables” entre ellos y con los “socios estratégicos”, que se rijan por los mismos estándares (lo que asimilaría los arsenales y las armas europeos) y que tengan certificaciones comunes o al menos reconocidas en la UE. Hasta ahora hay en los distintos Estados miembros múltiples modelos de armas similares, gamas de munición y de tecnología que hacen difícil esa asimilación.
Además, la Comisión creará un instrumento —el llamado Programa Europeo de Armamento— que permitirá a los Estados miembros tener más financiación para las compras conjuntas y para la estandarización y podrán estar exentas de IVA. También podrán emitir bonos para garantizar el plan de financiación a largo plazo de los programas de armamento.
El Ejecutivo comunitario creará un catálogo de material de defensa de productos fabricados en la UE para las compras conjuntas pero también para las bilaterales y se abre, incluso, a financiar “cantidades adicionales” de material para crear una “reserva estratégica” que estará disponible rápidamente.
Medidas para movilizar la industria civil
En esa Europa blindada y reforzada, Bruselas quiere concienciar de la amenaza exterior y de la importancia de apuntalar el sector militar de una UE que nació como un proyecto de paz. Así, el club comunitario explorará medidas para movilizar rápidamente líneas de producción de la industria civil con fines de producción de defensa y para garantizar mano de obra cualificada en todo tipo de escenarios.
La nueva estrategia busca también facilitar el acceso a la financiación. La industria de defensa se enfrenta serias barreras para acceder a esta, sobre todo a la privada por los riesgos percibidos y por la idea —que la Comisión destierra— de que no está dentro de las finanzas sostenibles. Bruselas creará una red de inversores dispuestos a participar en el sector de la defensa y apoyará las inversiones, según el documento consultado por este diario.
El plan busca, además, romper otro de los grandes tabúes: el que impide al BEI, conocido como el banco de clima, financiar empresas que desarrollan armas y munición letales. “La actual política crediticia del grupo BEI representa un obstáculo importante en el despliegue de instrumentos de apoyo al sector”, dice la estrategia. “Es necesario modificarla”, sigue el texto que sostiene que esa modificación “tendrá efectos positivos” en cascada porque dará una señal positiva al mercado. La medida no será fácil. Varios Estados miembros, entre ellos, Alemania, rehúsan cambiar las reglas del BEI para abrir esa puerta, algo que tampoco gusta a algunas personas dentro de las instituciones comunitarias, entre ellas el BEI, que temen financiar material de defensa que termine fuera de la UE e involucrado en otros conflictos.
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