El Kremlin presiona a la madre de Navalni con un entierro sin familia ni seguidores: “El cadáver se descompone”
“Mirándome a los ojos, me dicen que si no acepto un entierro secreto le harán algo al cuerpo de mi hijo”. La madre del opositor ruso Alexéi Navalni, Liudmila Navalnaya, ha denunciado así, abiertamente, que el Kremlin “está chantajeando” a su familia con el entierro del disidente, fallecido en extrañas circunstancias el pasado 16 de febrero en una remota prisión del círculo polar ártico. “El tiempo no está de tu lado, el cadáver se descompone”, ha sido una de las advertencias de un miembro del equipo forense que la madre de Navalni ha citado en un nuevo vídeo público, vestida de riguroso luto y que dice haber visto este miércoles el cadáver de su hijo en la morgue.
“Los investigadores dicen que conocen la causa de la muerte”, ha añadido Navalnaya. “Tienen todos los documentos médicos y legales listos y firmé el certificado de defunción. Según la ley, deberían haberme entregado el cuerpo de Alexéi de inmediato, pero aún no lo han hecho”, ha lamentado la madre del opositor. Quien fuera portavoz de Navalni, Kira Yarmish, ha revelado que el informe médico establece que este murió “por causas naturales”, versión que el círculo del líder opositor rechaza porque apunta directamente al presidente Vladímir Putin por presunto asesinato.
Navalnaya no quiere ceder a las amenazas para poder ofrecer a los rusos la oportunidad de despedirse del disidente con un acto que amenaza al Kremlin con ser la mayor manifestación en su contra en años. “Me están chantajeando, me ponen condiciones sobre dónde, cuándo y cómo se debe enterrar a Alexéi”, ha declarado la madre del que fuera el principal adversario político de Putin. “Quieren que se haga a escondidas, sin despedirse. Quieren llevarme a las afueras del cementerio, a una tumba fresca y decirme: ‘aquí yace tu hijo”.
“No estoy de acuerdo” ha recalcado Navalnaya con un tono de voz firme, antes de señalar que no solo debe estar presente la familia, sino también todos los rusos que apreciaban al opositor. “Quiero que vosotros, que queríais a Navalni, para quienes su muerte ha sido una tragedia personal, tengáis la oportunidad de despediros de él”.
El Kremlin intenta pasar página con Navalni, pero muchos rusos siguen recordando al opositor. Pese a que desde su muerte ya son alrededor de 400 los detenidos en toda Rusia por depositar flores en los monumentos a las víctimas de la represión política, según la organización OVD-Info, aún hay ciudadanos que siguen dejando rosas en esos mismos lugares que han sido blindados por la policía.
Tampoco es la primera vez que el presidente Putin juega al despiste con el funeral de un enemigo político suyo. Los restos del dueño del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, muerto al explotar su avión junto con el resto de la cúpula de la compañía, fueron discretamente enterrados el pasado 29 de agosto en un cementerio de segunda a las afueras de San Petersburgo. El que fuera conocido como “el cocinero de Putin” aspiraba a ser enterrado en uno de los majestuosos camposantos del centro de la ciudad, pero su rebelión contra el alto mando le privó del panteón y de ser despedido por sus miles de seguidores, muchos de ellos veteranos del frente.
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El entorno de Navalni ha echado en cara al presidente ruso que el Kremlin diga públicamente que abandera la defensa de los valores tradicionales y, al mismo tiempo, no permita ni siquiera un sepelio humano a sus rivales políticos. “No sé si esto ha sucedido en la historia, no sé qué clase de maldad hay en la cabeza de Putin, esto está más allá de cualquier límite imaginable”, ha lamentado Yarmish.
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