La batalla por el escaño de Dianne Feinstein en el Senado comienza a cerrarse en California
Dianne Feinstein ocupó su asiento en el Senado por 30 años hasta su muerte en septiembre pasado. Todo parece indicar que un hombre será el relevo de la legendaria legisladora. La carrera por ocupar uno de los escaños más importantes para los demócratas comienza a definirse. Después de meses de dura contienda, las encuestas empiezan a perfilar a quienes se jugarán un lugar en la boleta de noviembre en las primarias del Supermartes, el 5 de marzo. A la cabeza de esta carrera están el congresista Adam Schiff, quien se convirtió en el rostro público de la acusación en el primer impeachment de Donald Trump, y Steve Garvey, un exjugador de béisbol que ha saltado a la política en el bando republicano.
Ningún republicano ha ganado un asiento en la Cámara alta en 36 años. El partido no ha ganado desde 2006 una sola elección nacional en California, una entidad que tiene 22 millones de votantes registrados. Para cambiar esta historia marcada por las derrotas, la organización ha sacado de la banca a una celebridad deportiva. Garvey, de 75 años, fue conocido dentro del diamante como el Señor Limpio, por su elegante estilo desplegado en 18 temporadas en las que jugó para dos equipos californianos, los Dodgers de Los Ángeles y los Padres de San Diego. En 1974 fue distinguido con el MVP de la Liga Nacional. Los republicanos tienen por primera vez a un aspirante cuyo apellido es conocido por parte del electorado.
El debut del Señor Limpio no se ha producido sin mancha. Su llegada a la política ha estado acompañada por algunos golpes. La prensa y algunos de sus contrincantes pusieron en duda los valores tradicionales que dice defender al recordarle que tuvo un par de hijos fuera del matrimonio. El escándalo había saltado por primera vez a finales de los años ochenta. Ahora resurge en medio de la campaña. Los hijos producto de estas aventuras han hablado por primera vez con la prensa.
“Cuando éramos jóvenes se hicieron múltiples esfuerzos, por medio de abogados, para conocer o al menos tener una llamada con el señor, Garvey, pero este rechazó toda oportunidad”, dijeron dos de los descendientes del beisbolista, de 34 años, a Los Angeles Times. “No es auténtico […] la imagen de un cariñoso padre de familia, no me gustaría que la gente del Estado tuviera esa impresión de él porque le pegaba bien a la pelota”, aseguró al mismo diario la primogénita del candidato, Krisha Garvey.
Aún así, Garvey tiene oportunidades en los sondeos. Una encuesta publicada este martes indica que Garvey se afianza en el segundo puesto de la contienda con el 22% de las preferencias. A la cabeza está Schiff (28%), quien es el más sólido candidato para quedarse con el escaño de Feinstein. The Hill, un medido especializado en información política, publicó este lunes una medición que confirma estas tendencias. Garvey ha crecido en las últimas semanas un 4% frente a un 3% de Schiff.
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Estos sondeos son malas noticias para las aspirantes demócratas que luchan desde hace meses con Schiff por la nominación. Estas son las congresistas Katie Porter y Bárbara Lee, la única afroamericana entre las principales contendientes. La primera tiene un 16% en los sondeos y la segunda un 9%, de acuerdo con Inside California Politics y Emerson College. Sin embargo, el 17% de los votantes no tienen definido aún a quién apoyarán en las primarias del Supermartes, cuando 16 Estados y la Samoa Americana acudirán a las urnas para decidir las primarias. Laphonza Butler, la líder sindical que ocupa el asiento de Feinstein tras su muerte, dijo en octubre que no se presentaba a las elecciones. El anuncio puso en marcha una reñida carrera.
Los aspirantes demócratas y republicanos aparecerán el 5 de marzo en la misma boleta. Los dos candidatos que reciban más votos entonces avanzarán a la elección general de noviembre. Los demócratas son tan fuertes en California que en los comicios de 2026 y 2018 solo hubo contendientes del mismo partido. Garvey podría dar al partido de Trump su mejor resultado en la región desde 1988, cuando Pete Wilson logró mantener su escaño en la Cámara alta. Ese fue el último senador que los californianos enviaron a Washington. Para cambiar la historia, Garvey deberá marcar un home run. Sin embargo, esto nunca fue su especialidad dentro del diamante.
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