¿Por qué militares no dispararon a hombre que chocó Palacio Nacional?
«Nosotros no le disparamos porque esta persona (John Raymond Durán Villar) inmediatamente empezó a decir que lo perdonen, además él no estaba armado y se había apeado del vehículo», es el testimonio en el que coinciden dos de los cinco militares que la Fiscalía del Distrito Nacional presenta como testigos en la solicitud de medida de coerción en contra del acusado de penetrar a «muy alta velocidad hacia adentro del Palacio» Nacional.
Las declaraciones de los miembros del Ejército concuerdan en que Duran Villar, al desmotarse «por sus propios medios» de la camioneta Chevrolet, gris que conducía, «manifestó que el presidente le ha hecho mucho daño a su familia, que lo perdonen, que él no sabía lo que hacía».
Uno de los cinco dijo, incluso, que olía a alcohol.
En su relato, el segundo teniente del Ejército, Gregorio Encarnación Montero, sostuvo que, en su módulo de servicio, donde le correspondía estar como retén, vio a las 11:55, del domingo 4 de febrero, cuando la camioneta se acercaba en dirección contraria, este-oeste, justo frente a la casa de Gobierno, por la puerta de la avenida México.
«Las puertas del Palacio estaban unidas, ya que la misma no se cierran ni con cadena, ni candado y en ese momento el conductor de ese vehículo aceleró a una muy alta velocidad hacia adentro del Palacio impactando en ese momento a los guardias que estaban en la puerta, el sargento Jiménez Hernández y al raso Castillo Tejeda»Segundo teniente del Ejército
Los alistados Westel Jiménez Hernández y Erick Castillo Tejada resultaron gravemente heridos. El Ministerio Público cita que Durán Villar «intentó matar» a estos guardias.
El sargento Junior de los Santos Bidó le explica al Ministerio Público que en el momento que el imputado impacta la primera puerta él concluía su servicio y caminaba hacia el regimiento militar ubicado en el interior de la casa de Gobierno.
«De repente veo una camioneta que frena en la avenida México, da reversa y entra al Palacio Presidencial, impactando la puerta de la entrada y este impacto a su vez a los dos guardias que se encontraban de servicio, cayendo ambos al pavimento, se aproximaba a la segunda puerta, llega a esa segunda puerta y rompe un brazo mecánico e impacta la puerta, inmediatamente yo tomo un fusil y le doy seguimiento» Sargento del Ejército
Agrega que el conductor continúo la marcha y «rompió la puerta de madera que da al parqueo del presidente y, al entrar al parqueo del presidente, chocó con una jeepeta que allí se encontraba, ahí procedimos a encañonarlo, él salió de su vehículo, lo sometimos y de inmediato manifestó que el presidente le ha hecho mucho daño a su familia, que lo perdonen, que él no sabía lo que hacía, luego lo llevaron al médico».
Lo que sacó fue una guitarra
El sargento mayor Gary Guzmán Alcántara narró que Durán Villar «estaba herido por el choque, en la frente y en los ojos».
A la pregunta de la fiscal de ¿por qué no le dispararon? Respondió: «Nosotros no le disparamos porque esta persona inmediatamente empezó a decir que lo perdonen, además él no estaba armado y se había apeado del vehículo».
A la cuestión de si tenía algún objeto o arma encima, Guzmán Villar manifestó: «No, él lo que hizo fue que después que estaba afuera del vehículo volvió y entró las manos al vehículo y lo que sacó fue una guitarra y se la quitamos de las manos».
La misma versión de Guzmán Alcántara la corrobora el sargento Alberto Rosario Adames, de 31 años, quien estaba de servicio en la puerta que da a la calle Doctor Delgado y que, cuando escuchó el primer impacto, se dirigió para la marquesina presidencial, en donde John Raymond Durán Villar produjo el tercer choque, a una yipeta 4 Runner.
«Justamente llegué junto con el sargento mayor Junior de los Santos Bidó, entonces encañonamos al individuo, él se puso como que quiso entrar a la guagua de nuevo e intentó tomar como algo y le digo al sargento no le dispares, porque vi como que estaba sacando un estuche de guitarra y ahí lo sometí y le dejé a cargo del cabo Diego Félix, entonces me retiré hacia afuera y fue que me percaté de que estaban accidentandos mis compañeros», añadió.
Coerción se conocerá el viernes
Después de permanecer tres días ingresado en el hospital, contra el hombre, de 38 años, se emitió una orden de arresto y fue trasladado a la «carcelita» del Palacio de Justicia, en Ciudad Nueva. Se le ha intentado conocer medida de coerción en dos ocasiones, la última vez el lunes 11.
La audiencia se aplazó para el viernes 16 de este mes a las 9:00 de la mañana.
El Ministerio Público lo acusa de atentar contra el presidente de la República y de «intentar matar» a los guardias que están gravemente heridos.