Frontex envió 2.200 mensajes a Libia para detener a migrantes en el mar pese a los abusos de su guardia costera
La agencia europea de fronteras (Frontex) envió más de 2.200 correos electrónicos a la guardia costera de Libia en los últimos tres años en los que les facilitaba las coordenadas de las embarcaciones de migrantes, a pesar de que sabían que estos suelen ser disparados y golpeados por los guardacostas. Una investigación conjunta del diario alemán Der Spiegel y el consorcio de periodistas Lighthouse Reports ha revelado por primera vez hasta qué punto la agencia europea comparte información con las autoridades libias y su conocimiento interno de los abusos a los que se enfrentan los migrantes tras ser interceptados y llevados de vuelta a Libia.
Numerosos informes de ONG y reportajes periodísticos de investigación han documentado la violencia ejercida por la guardia costera libia contra los migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo desde las costas del norte de África hasta la Unión Europea, que es una de las rutas migratorias más multitudinarias: en 2023 se registraron 270.180 llegadas, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). También se ha aportado multitud de pruebas de las violaciones de derechos humanos cometidas en el interior de los centros de detención libios, a donde los migrantes son trasladados tras ser interceptados en el mar.
Pese a las evidencias, Frontex nunca ha criticado públicamente estas prácticas. Es más, algunos países europeos como Italia y Malta han firmado acuerdos de colaboración con las autoridades libias, con seminarios de formación, financiación y barcos incluidos, por los cuales las labores de interceptación quedan en manos de sus guardacostas.
Los resultados de esta investigación vienen a raíz de la publicación de otro reportaje de Lighthouse Reports del pasado diciembre que revelaba cómo Frontex y el Gobierno de Malta compartían sistemáticamente las coordenadas de los barcos de refugiados que intentaban huir de Libia con un barco operado por la milicia Tariq Bin Ziyad. Este grupo de mercenarios está vinculado a la trata de seres humanos, los crímenes de guerra y el contrabando, y actúan bajo la protección de Jalifa Hafter, el señor de la guerra del este de Libia, que controla de facto ese territorio y con el que algunos Estados de la UE, incluida Italia, quieren colaborar para frenar la inmigración.
A raíz de esta publicación, la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior de la UE (LIBE) envió una carta al director ejecutivo de Frontex, Hans Leijtens, cuestionando la colaboración de la agencia europea con esos polémicos actores libios. En su respuesta, Leijtens incluyó todos los Informes de Incidentes Graves (SIR) relacionados con los guardacostas del país norteafricano.
Los documentos revelan varios casos de agresiones por parte de los guardacostas hacia los migrantes de las embarcaciones, es decir, demuestran que no fueron casos aislados y que Frontex siempre tuvo conocimiento de ellos y los registró periódicamente.
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En un incidente en 2021, por ejemplo, un dron de la agencia europea grabó a un agente libio disparando a un barco de madera para obligarla a detenerse. Luego Frontex envió un correo electrónico a Trípoli con el siguiente mensaje: “Recomendamos/sugerimos NO usar la fuerza durante las operaciones de búsqueda y rescate”. En otros tres casos, en 2022, los pasajeros de las embarcaciones fueron golpeados con porras cuando estaban en alta mar.
Además, la carta de Leijtens reconoce que entre 2021 y 2023 Frontex facilitó a la Guardia Costera de Libia la localización de las naves en las que viajaban clandestinamente los migrantes unas 2.200 veces, principalmente por correo electrónico, a sabiendas de las agresiones que los agentes suelen perpetrar.
Sin la ayuda de la agencia europea, que realiza sobre todo labores de vigilancia aérea en el Mediterráneo, los libios difícilmente podrían dar con las embarcaciones clandestinas que surcan ese mar. Así, Frontex envía las coordenadas a todos los centros de salvamento marítimos de la región, incluido el de Trípoli. Este, a su vez, alerta a su guardia costera, incluyendo a la milicia Tariq Ben Ziyad.
Al ser preguntado por estos correos electrónicos, un portavoz de la agencia dijo que la decisión de compartir información sobre buques en peligro con Libia “se toma con gran pesar”.
Los informes de incidentes graves también incluyen recomendaciones del responsable de la oficina de derechos humanos de Frontex, Jonas Grimheden. Entre ellas, se aconseja implicar a la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) y a la OIM en el seguimiento del destino de las personas devueltas a Libia. También aumentar el intercambio de coordenadas con los barcos de rescate de las ONG e instar a los Estados miembros a ser más activos en las operaciones de salvamento. Frontex no ha aclarado si piensa seguir estas indicaciones.
Grimheden también menciona que los solicitantes de asilo no pueden ser llevados a Libia porque no es un país seguro, algo que ya dijo el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 2012, pero que no se ha tomado en cuenta hasta ahora. Según la ONU, solo entre 2019 y 2021 unos 35.000 migrantes fueron interceptados y llevados de vuelta a Libia.
El Mediterráneo continúa siendo el mayor cementerio marítimo del mundo: bajo sus aguas quedaron 2.797 personas en 2023, el 72% de los desaparecidos este año, y más de 28.000 de las víctimas registradas en la última década.
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