Robert Hur, el fiscal al que critican los demócratas, pero también algunos republicanos
Cuando el fiscal general, Merrick Garland, le asignó el caso, el fiscal especial Robert K. Hur prometió llevar a cabo una investigación “con una perspectiva justa, imparcial y neutra” sobre el caso de los documentos clasificados encontrados en la residencia y oficina privadas de Joe Biden. Tras hacer público su informe de 345 páginas, en el que pone en duda la agudeza mental del presidente estadounidense, el experto legal se encuentra en el ojo del huracán político: los demócratas le reprochan el poner en duda la aptitud del presidente y le acusan de motivos políticos; los republicanos, que haya optado por no presentar cargos contra él.
Los partidarios del presidente han salido en tromba en defensa de Biden. La vicepresidenta Kamala Harris, ella misma antigua fiscal, ha aludido a su pasado profesional para asegurar que los comentarios en el informe son “gratuitos, inexactos e inapropiados” en este tipo de documentos. La Casa Blanca insiste en que “uno se pregunta por qué este informe dedica tiempo a críticas inapropiadas del presidente y que no vienen a cuento”. A Biden le ha molestado muy especialmente que Hur asegurase que él que no fuera capaz de recordar la fecha de la muerte de su hijo Beau, en 2015.
Del otro lado, el expresidente Donald Trump ha declarado “muy injusto” que Hur haya decidido exculpar al presidente, mientras que él encara docenas de cargos por retener voluntariamente, y pese a que se los habían reclamado de manera oficial, centenares de documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago. Hasta el momento, el fiscal no ha hecho declaraciones sobre su informe, que le ha llevado 13 meses compilar.
“El informe del fiscal especial Hur sobre el tema de los los documentos clasificados de Biden contiene demasiados comentarios que no vienen a cuento y es totalmente inconsistente con las tradiciones largamente respetadas del Departamento de Justicia”, escribía por su parte el antiguo fiscal general Eric Holder, demócrata. “Si este informe se hubiera sometido a una revisión normal, sin duda esos comentarios se hubieran eliminado”.
La avalancha de críticas contrasta con el alud de elogios que recibió cuando se le nombró, como experto ajeno al Departamento de Justicia, al frente de una investigación muy delicada políticamente. Entonces, Garland alabó su “larga y distinguida carrera como fiscal”, una loa que compartió el presidente del comité judicial en el Senado, el demócrata Dick Durbin. “Estoy convencido de que el señor Hur ejecutará su responsabilidad de manera imparcial, con urgencia y de acuerdo con las más altas tradiciones de este departamento”, agregaba Garland.
Asistente del expresidente del Supremo
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Su currículo le avala. Hur, de ascendencia coreana, estudió en Harvard, amplió estudios de filosofía en Cambridge y se graduó en Derecho en Stanford. Debutó en el campo profesional como asistente de dos celebridades del mundo judicial, Alex Kozinski, del Noveno Circuito de Apelaciones y, sobre todo, del conservador William Rehnquist, entonces presidente del Tribunal Supremo estadounidense. Uno de sus compañeros de entonces, Andrew DeVooght, declaraba a la agencia AP tras la designación de Hur que “es difícil encontrar una mejor combinación de brillantez, ética laboral e integridad”.
A lo largo de su carrera, Hur ha ejercido tanto en el sector privado como en el sistema público. En 2018 Trump le propuso como fiscal federal en el Estado de Maryland. Recibió el apoyo unánime del Senado para el cargo, que ocupó hasta 2021. Le había precedido en el cargo Rod Rosenstein, que se acabó convirtiendo en el número dos del Departamento de Justicia durante la era trumpista. Antes de llegar a la Fiscalía, Hur había trabajado con Rosenstein como fiscal asociado en ese Departamento.
Registrado como votante republicano, dejó el cargo en 2021, como es habitual en los nombramientos políticos, y regresó a la empresa privada. Meses antes de su nombramiento al frente de la investigación sobre Biden, había sido escogido por la Liga Nacional de Fútbol americano para hacerse cargo de sus asuntos legales.
150 testigos y 7 millones de folios
Su investigación ha sido exhaustiva. Entrevistó a 150 testigos, y examinó siete millones de páginas de documentos, “incluidos correos electrónicos sobre camiones de mudanzas durante la transición presidencial en 2016 y 2017″, según recordaba el portavoz de la Oficina Legal de la Casa Blanca, Ian Sams, en una rueda de prensa el viernes. En total, apuntaba Sams, empleaba “más de 3,5 millones de dólares de los contribuyentes en explorar cada posible teoría” sobre el caso.
Sus comentarios han recibido críticas no solo de representantes políticos. También de expertos legales. “Hur está actuando como fiscal, juez y jurado. Y la otra cara de la moneda es que da a Trump y otros oponentes de Biden toda esta munición para cargar contra él”, declaraba Mark Lytle, antiguo integrante de la Oficina Legal de la Casa Blanca en la era del presidente republicano, al periódico USA Today. Otros apuntan que, con esos argumentos, Hur puede haber querido curarse en salud y protegerse de las previsibles críticas por no presentar cargos contra el presidente.
Las incógnitas sobre por qué decidió incluir esos comentarios pueden ser solo temporales. Es previsible que el fiscal quede citado para declarar sobre su informe en el Congreso. Y allí explicará qué le llevó a escribir esa cita sobre Biden que parece condenada a pasar a la historia: “Un anciano simpático y bien intencionado, desmemoriado”.
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