El fiscal especial que investigaba a Biden por los documentos secretos entrega su informe
El fiscal especial Robert Hur ha terminado su investigación sobre los documentos confidenciales que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantenía de forma indebida en su poder de sus etapas de senador y vicepresidente. El fiscal general, Merrick Garland, ha comunicado al Congreso a través de una carta que, tras completar su investigación, Hur ha entregado un informe que se hará público en su mayor parte en breve, cuando se eliminen del mismo partes que se consideren confidenciales.
Garland no anticipa cuáles son las conclusiones de la investigación, pero medios estadounidenses adelantaron esta semana que no se esperan acusaciones penales, sino solo críticas por el manejo de los documentos.
“Como he dejado claro en relación con cada uno de los fiscales especiales que han prestado servicio desde que asumí el cargo, me comprometo a hacer pública la mayor parte posible del informe del asesor especial”, escribió Garland en su carta.
Aunque las diferencias entre las investigaciones contra Biden y contra el expresidente Donald Trump son abismales, los republicanos usarán el archivo del caso de Biden sin la presentación de cargos como prueba de una doble vara de medir por parte del Departamento de Justicia.
La investigación sobre Biden ha durado más de un año, desde el hallazgo de un pequeño número de documentos clasificados como confidenciales en un armario del Centro Penn Biden para la Diplomacia y el Compromiso Global. Estaban en una oficina de ese think tank dependiente de la Universidad de Pensilvania en Washington que Biden utilizó periódicamente desde mediados de 2017 hasta el inicio de la campaña electoral de las elecciones presidenciales de 2020.
Los documentos fueron descubiertos el 2 de noviembre de 2022, aunque no trascendió su aparición hasta enero de 2023. Sus abogados encontraron el 20 de diciembre de ese año un segundo lote de documentos clasificados en un cuarto junto al garaje de su casa en Wilmington (Delaware). El fiscal general, Merrick Garland, reveló ese nuevo descubrimiento el 12 de enero de 2023 a la vez que anunciaba el nombramiento del abogado Robert Hur, que trabajó entre 2018 y 2021 como fiscal del Estado de Maryland, como fiscal especial del caso para indagar en “la posible extracción y retención no autorizada de documentos clasificados u otros registros”.
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También en enero, los ayudantes de Joe Biden encontraron más informes clasificados en la casa particular del presidente de Estados Unidos en Wilmington (Delaware). Luego, agentes del FBI a las órdenes del Departamento de Justicia estuvieron registrando la casa del presidente de Estados Unidos durante 13 horas el 21 de enero del año pasado. Fue una búsqueda pactada, sin requerimiento ni orden judicial, sino ofrecida voluntariamente por Biden y sus abogados. Tras revisar a fondo las pertenencias del presidente, los agentes hallaron nuevos documentos con marcas de clasificación confidencial y materiales anexos, tanto de la época en que Biden era senador como de la que era vicepresidente.
El fiscal especial y su equipo han estado analizando los documentos y las circunstancias en que aparecieron. También interrogaron al presidente a comienzos de octubre en la Casa Blanca, pero no parece que hayan encontrado indicios de conducta delictiva. Lo ocurrido con el actual presidente tiene paralelismos con el caso del vicepresidente de Trump, Mike Pence, que también se había llevado papeles a su casa y fue exonerado.
La colaboración del actual presidente y de sus abogados y la entrega voluntaria de los papeles clasificados es la mayor diferencia con el caso de Trump, a lo que se suma la cantidad mucho mayor de documentos que retenía Trump y su contenido, aunque de esto no se conocen detalles. El registro de la mansión de Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida) se produjo tras un requerimiento desatendido por Trump y sus abogados y tras una orden judicial por indicios de posibles delitos. En uno de los cuatro casos en que está imputado, Trump está acusado ante un juzgado de Florida por 40 presuntos delitos por los documentos clasificados, incluidos 32 cargos de retención ilegal de información de defensa nacional y uno de conspiración para obstruir a la justicia.
Pese a las enormes diferencias entre los casos, el carpetazo a la investigación contra Biden le dará munición retórica para presentarse como mártir perseguido injustamente y de forma discriminatoria. El expresidente ha incluido la denuncia de persecución política por las imputaciones como parte de su estrategia para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre próximo, donde previsiblemente se enfrentará con Biden.
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