Milei viaja a Israel mientras se juega su ley de desguace en el Congreso argentino
Este martes, mientras el Congreso argentino disecciona punto por punto la megaley con la que pretende impulsar su Gobierno, el presidente Javier Milei estará de visita en el Muro de las Lamentaciones. Milei iniciará el martes en Jerusalén su primera gira internacional, un viaje de una semana que repartirá entre Israel e Italia, y en el que tiene programado reunirse con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y con el Papa Francisco en el Vaticano.
El Congreso argentino se acerca a la recta final para la aprobación de la ley ómnibus del presidente. El viernes, tras un mes de negociaciones, la cámara baja votó a favor de la ley. Fue un triunfo a medias: en el camino, el Gobierno debió eliminar casi la mitad de sus 664 artículos y todavía queda la discusión de cada artículo en específico que traerá más fisuras. Este martes, los diputados debatirán algunos de los puntos más polémicos de la reforma —como la delegación de facultades legislativas, la repartición de la recaudación de impuestos federales a las provincias, y la privatización de empresas públicas— para entregar el borrador de la ley al Senado. Argentina todavía no sabe qué ley saldrá del Congreso esta semana, y Milei se ausentará del debate que deja en vilo una buena parte de las reformas en las que ha basado su propuesta de Gobierno.
El presidente abordó el lunes a mediodía un vuelo comercial que lo dejará en Jerusalén casi 24 horas después vía Roma. En Israel, donde pasará tres días, Milei visitará el Muro de las Lamentaciones, se reunirá con Netanyahu, con el presidente Isaac Herzog, y con rabinos, empresarios israelíes y familiares de las víctimas del ataque de la milicia Hamás en octubre. También plantará un árbol en el Bosque de las Naciones del Fondo Nacional Judío, un acto protocolar en las visitas de mandatarios extranjeros. Milei será el primer presidente en hacerlo desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás en octubre del año pasado.
Para Milei será mucho más que un viaje diplomático para mostrar su alineación con Israel en medio del conflicto. El presidente argentino, que se crio católico, ha anunciado varias veces que quiere convertirse al judaísmo. En noviembre, durante su primer viaje como presidente electo, viajo a Washington para reunirse con altos mandos de la Casa Blanca con una escala en Nueva York para visitar la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, líder de la secta judía ultraortodoxa de los Lubavitch, que ya había visitado antes buscando una bendición para ser elegido presidente. Milei no ha comparecido en público en sus dos meses de presidencia, pero ha sido el invitado estelar de la comunidad judía de Buenos Aires en sus grandes eventos: fue orador en las celebraciones de Janucá a mediados de diciembre, a finales de ese mes fue el orador de la inauguración de los Juegos Olímpicos Macabeos, y a finales de enero visitó el museo de la Shoah en la capital argentina por el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
“En un contexto global del resurgimiento del antisemitismo, tenemos que ser firmes en nuestra posición de intransigencia con el terrorismo y no mirar para otro lado”, dijo entonces Milei, que prometió todo su apoyo a Israel en la guerra contra Hamás. “Me comprometo, también, a fortalecer nuestro vínculo diplomático, comercial y de amistad con el Estado de Israel”, dijo el presidente, que en campaña avisó que pretende mudar la embajada argentina en Tel Aviv a Jerusalén. La decisión sería contraria en las resoluciones de Naciones Unidas, que reconocen la ciudad con un régimen especial por el conflicto palestino-israelí, y seguiría a menos de un puñado de países que han hecho este gesto para cerrar líneas con Israel frente al conflicto, como Estados Unidos durante el Gobierno de Donald Trump. Netanyahu mismo le agradeció “su intención de trasladar la embajada argentina a Jerusalén” en una llamada del pasado 4 de diciembre, cuando Milei tenía todavía una semana para asumir la presidencia.
El jueves, Milei partirá hacia Italia y el Vaticano, donde asistirá a la canonización de la religiosa argentina María Antonia de Paz y Figueroa, apodada “Mama Antula”, que se convertirá en la primera santa católica de Argentina. Tras el evento Milei tendrá una audiencia privada con el Papa Francisco que los argentinos mirarán con expectativa. El presidente llegó a llamar “imbécil” y “zurdo asqueroso” al pontífice, que no pisa tierra argentina desde que fue nombrado Papa en 2013. Habiéndose disculpado de los agravios, Milei invitó al Papa a visitar su país por carta. Francisco no respondió públicamente, pero desde antes de las elecciones ha avisado que tiene la intención de visitar su país este año. La primera gira internacional de Milei terminará el lunes 12 de febrero, cuando se reúna con el presidente italiano, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni.
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