Protejamos la JCE
Hay que proteger a la Junta Central Electoral (JCE) de los ataques políticos viciosos. No se trata de ocultar sus deficiencias, esas hay que exponerlas, discutirlas, corregirlas y fijar las responsabilidades de rigor.
Pero de ahí a querer echar sombras sobre el organismo rector de los procesos electorales, hay un trecho enorme y muy peligroso para nuestra democracia. Es cierto que todavía recordamos con horror la experiencia de las pasadas elecciones, pero al final, gracias a que se mantuvo la institución, las elecciones se realizaron y superamos una crisis que fue terrible.
No hay por qué tratar de jugar a hacerse el interesante y poner en tela de juicio el trabajo hecho en la JCE, donde recordamos que tienen participación todos los partidos políticos, junto a un equipo de profesionales.
Así que tenemos que enfatizar que, si existen problemas con los preparativos de las elecciones, los partidos son parte de ellos y deben ser parte de las soluciones de rigor, en lugar de convertirse en entes que arrojen sombras sobre el proceso más importante del sistema democrático, la votación.