Un piso de 77 metros y más de medio millón de euros: el patrimonio declarado de Vladímir Putin
Vladímir Putin prefiere guardar el dinero en el banco que invertir en ladrillo. Según la Comisión Electoral Central de Rusia, el mandatario posee, después de haber liderado una potencia nuclear durante un cuarto de siglo, más de medio millón de euros en sus cuentas, un apartamento de 77 metros cuadrados con garaje en San Petersburgo y tres coches modestos. Exactamente, los mismos bienes que declaró de cara a las elecciones de 2018, aunque con una sola diferencia: el presidente ruso ha ahorrado, oficialmente, más de 400.000 euros en estos últimos seis años.
En la declaración de patrimonio de Putin figura un piso de 77 metros cuadrados en su ciudad natal, San Petersburgo, con una plaza de garaje de 18 metros cuadrados. El poderoso mandatario ruso posee además tres vehículos: dos coches soviéticos clásicos, Gaz M21 —conocidos popularmente como Volga—, de 1960 y 1965, y un Lada Niva de 2009. Putin también tiene en propiedad un remolque Skif —Escita, en ruso— de 1987.
La junta electoral rusa asegura que Putin ha ingresado 67,5 millones de rublos entre 2017 y 2023, casi 700.000 euros al depauperado cambio actual. Es decir, unos 940.000 rublos mensuales, 9.600 euros al mes y 115.000 euros al año al cambio. Como comparación, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, cobra 90.010 euros anuales, mientras que el líder estadounidense, Joe Biden, gana 400.000 dólares (369.000 euros).
Según las cifras de la comisión electoral, Putin prefiere guardar en el banco la mayor parte de su dinero, aunque no especifica si lo ha invertido, aprovechándose así de la enorme subida de los tipos de interés que ha provocado su invasión de Ucrania. Los ahorros del mandatario ruso se han elevado desde 13,8 millones de rublos en 2016 —año previo a las elecciones anteriores— a 54,4 millones de rublos en 2023. No obstante, la crisis económica rusa se refleja también en la hucha del presidente, que se ha multiplicado por cuatro en seis años en términos nominales (menos si se mira en paridad con otras divisas: desde casi 200.000 euros al cambio de 2017 a 570.000 euros hoy).
El mandatario cuenta, además, con una modesta inversión en Bolsa en la recámara, 230 acciones del Banco de San Petersburgo, cada una de ellas con un valor nominal de 11,8 rublos, diez céntimos de euro. Más allá de su patrimonio, tiene en uso otro inmueble en Moscú de 153 metros cuadrados, perteneciente al Ayuntamiento de Moscú.
“Hay que tener en cuenta que el cargo de presidente de la Federación de Rusia presupone contar con apoyo estatal, lo que permite ahorrar dinero”, ha explicado la jefa de prensa de la campaña electoral de Putin, Alexandra Suvórova, al diario Kommersant. De hecho, el presidente tiene a su disposición varias residencias oficiales, entre las que destacan su hogar habitual, situado en Novo-Ogaryevo, a las afueras de Moscú; la histórica del Kremlin; y el palacio de verano de Bocharov Ruchey, ubicado en la ciudad balneario de Sochi.
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A ellas se suman otros inmuebles de lujo para sus viajes oficiales a ciudades como Valdái y Kaliningrado, aunque la oposición sospecha que el patrimonio real del presidente es inmensamente mayor: el equipo de investigación de Alexéi Navalni, declarado extremista por las autoridades rusas, acusó al líder ruso de tener un enorme palacio a orillas del Mar Negro a nombre empresarios amigos. El Kremlin negó estas informaciones.
La junta electoral rusa ha publicado el patrimonio de Putin un día antes de que finalice el plazo para registrarse como candidato a las elecciones presidenciales rusas. Los comicios durarán tres días, desde el 14 al 17 de marzo, e incluirán por primera vez el polémico voto por Internet, que ha sido tachado por la oposición y algunos miembros de los partidos que siguen siendo legales como una herramienta para manipular las elecciones.
Putin ha vuelto a presentarse como candidato independiente, aunque detrás tiene el apoyo del mayor partido del país, Rusia Unida. El secretario general de la formación, Andréi Turchak, manifestó este martes que sus voluntarios han recogido tres millones y medio de firmas a su favor. Enfrente apenas tendrá oposición: el Partido Comunista, el segundo mayor de la nación, ha vuelto a presentar a Nikolái Jaritonov, quien a sus 75 años intentará superar el paupérrimo 13% que obtuvo al presentarse hace dos décadas, en 2004.
Por su parte, la esperanza de parte de la oposición pasa ahora por un político habitual en los canales de propaganda del Kremlin, Borís Nadezhdin. Exdiputado y antiguo aliado del disidente Borís Nemtsov, asesinado en 2015 frente al Kremlin, se ha convertido en una de las pocas voces críticas en la televisión rusa contra la guerra de Ucrania. Sin embargo, otra parte de la disidencia rusa desconfía de su postulación y cree que es una estrategia del Kremlin para legitimar la victoria de Putin: Nadezhdin participó hace años en la plataforma política de uno de los principales asesores de Putin hoy en día, Serguéi Kirienko. Este miércoles se sabrá si la comisión electoral acepta o no su candidatura.
La otra esperanza de la disidencia, la periodista Yekaterina Duntsova, se encontró con el veto de la junta electoral en diciembre. Más tarde, a mitad de enero, fue llevada a comisaría para realizarle un análisis de drogas pocas horas después de haber anunciado que se disponía a formar un partido.
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