Vuelve la escasez de gasolina a Venezuela
Los problemas generalizados con el abastecimiento del combustible, particularmente en las zonas agrarias y los municipios rurales del interior, han vuelto a Venezuela desde hace semanas. La circunstancia se enmascara gracias a la normalidad en el abastecimiento que reportan algunas ciudades grandes, como Caracas, Maracaibo y Valencia, pero se ha agravado particularmente en Orienta y la Isla de Margarita, en la región de Guayana, en muchos pueblos llaneros y en parte de los Andes venezolanos. Esta nueva crisis se da en medio de los desfalcos millonarios a la estatal petrolera PDVSA, reconocidos por el Gobierno chavista.
Desde finales del año pasado, una delegación de técnicos iraníes trabaja con la gerencia de Petróleos de Venezuela para la reparación y el mantenimiento mayor de las refinerías venezolanas, que han venido presentando fallas crónicas, explosiones y derrames de crudo desde 2010. La más problemática es la de Amuay, una de las mayores del mundo. Aunque ha habido mejoras a nivel nacional, sigue habiendo fallos técnicos. Las sanciones internacionales, además, complican las gestiones de mantenimiento de la empresa estatal.
En el occidental Estado Zulia, región petrolera por excelencia, más allá de la región metropolitana de Maracaibo y la ciudad de Cabimas, segunda del Estado, se presentan importantes fallas en el sur del Lago de Maracaibo, y en municipios septentrionales como La Guajira, vecinos a Colombia. “Desde diciembre, Maracaibo tiene una situación estable. Pero el servicio de gasolina es crítico en poblaciones como Machiques, La Villa, Santa Bárbara, Catatumbo, La Guajira, Lagunillas, tanto la gasolina como el gasoil, son casi inexistentes, no hay despacho regular”, relata la periodista Madelyn Palmar.
Esta crisis no es nueva, pero llevaba meses resulta. La falta de gasolina regresó en marzo a Ciudad Guayana –integrada por las ciudades gemelas Puerto Ordaz y San Félix- , y otras muchas localidades y pueblos en el Estado Bolívar, el más extenso del país, al sur oriente. Las filas para repostar pueden ser de hasta un día de duración, siendo necesario que algunos propietarios de vehículos “marquen el puesto” o madruguen dentro de sus vehículos.
En la isla de Margarita ha regresado el plan “pico y placa”, un parámetro de racionamiento con el cual se asigna combustible a los usuarios de acuerdo al número de la placa del vehículo en horarios espaciados en la semana. “Después de los carnavales, comenzó el martirio. Las colas son mucho más fuertes en los locales donde la gasolina es subsidiada. Las estaciones de servicio dolarizadas son un poco más accesibles”, cuenta el corresponsal local Dexcy Guedez. Llenar el tanque de gasolina puede costar 20 dólares en un carro económico.
El presidente de la Asociación de Transporte de Alimentos del Estado Nueva Esparta, -al cual pertenece Margarita, junto a las islas de Coche y Cubagua-, Leonel Canelón, comentó que el problema afecta a las flotas pesqueras, unas de las vocaciones económicas de esa zona, y afirmó que “las nuevas fallas del combustible están generando retrasos en el ingreso de bienes y alimentos a la isla”.
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En las zonas andinas, la falta de gasolina parece resuelta en el Estado Táchira, uno de los más afectados por la crisis de estos años, pero es especialmente grave en el vecino Estado Mérida. La periodista Yoirys Sosa informa desde allí que en las ciudades y pueblos “las filas para abastecerse son kilométricas, los ciudadanos continúan pernoctando para conseguir carburante y esto ha afectado al transporte público y todas las gestiones de la vida cotidiana. Están particularmente afectados los agricultores, unos 15.000 trabajadores que producen una importante cantidad de las verduras y hortalizas que se consumen en el país”.
Las estaciones de servicio con gasolina subsidiada han ido desapareciendo progresivamente. Lo habitual comienza a ser consumirla a precios internacionales. Hasta la primera década de este siglo, Venezuela había sido uno de los grandes exportadores de petróleo y de todos los derivados del crudo, y su sistema de refinerías, alguna de las cuales estaban distribuías en el exterior, fueron un modelo de gerencia y limpieza administrativa hasta, al menos, el año 2002. La gasolina venezolana fue, además, una de las más baratas del mundo durante varias décadas: un tanque se llenaba con apenas unos centavos de dólar.
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