Carlos III advierte en Berlín de que la invasión rusa de Ucrania “amenaza la seguridad de Europa”
La visita del rey de Inglaterra a Alemania, el país de sus ancestros, es histórica por muchos motivos. No es solo el primer viaje oficial como monarca de Carlos III, en un contexto de redefinición de las relaciones bilaterales tras la salida del Reino Unido del club comunitario; también es la primera vez que Berlín concede a un rey el honor de dirigirse a los diputados del Parlamento alemán. Bajo la simbólica cúpula del Reichstag, diseñada como recordó el propio monarca por un arquitecto británico (Norman Foster), Carlos III subrayó que la invasión rusa de Ucrania “amenaza la seguridad de Europa” y agradeció a Alemania su apoyo militar. Una decisión “extremadamente valiente, importante y bienvenida”.
Carlos III destacó en su discurso, constantemente interrumpido por los aplausos de los diputados, la responsabilidad que tienen tanto Alemania como el Reino Unido ante esta amenaza a la seguridad y a los “valores democráticos” que comparten. Ambos “han asumido importantes roles de liderazgo como los mayores donantes europeos de ayuda a Ucrania”, subrayó. Una guerra “de agresión” que ha supuesto “un sufrimiento inimaginable a tanta gente inocente”. La invasión rusa ha requerido tomar decisiones “que antes parecían inimaginables”, dijo en referencia al cambio de paradigma que ha supuesto para Alemania romper con su política de neutralidad de las últimas décadas y autorizar el envío de armamento a un país en conflicto.
El monarca británico, que intercaló en su discurso el inglés y el alemán, insistió en la “admiración mutua” que se tienen los dos pueblos y subrayó los muchos lazos culturales e históricos que unen a Londres y Berlín. Destacó que fue el alemán el primer idioma extranjero al que fue traducida la obra de William Shakespeare, y que la música de Georg Friedrich Händel sonará en su coronación en mayo, como lo ha hecho en la de todos sus predecesores desde Jorge II en el siglo XVIII. Habló de los Beatles y de Kraftwerk, incluso de los clubs de Berlín, lo que provocó las risas de los diputados. Mencionó también el humor, cómo británicos y alemanes se han reído los unos de los otros durante décadas. Y la rivalidad deportiva: “Fue muy especial que las Lionesses [la selección femenina de fútbol británica] ganaran a Alemania y se convirtieran en campeonas europeas”, dijo, lo que provocó nuevas carcajadas en el Bundestag.
Carlos III y la reina consorte Camila fueron recibidos el miércoles con los máximos honores militares en la puerta de Brandeburgo, un escenario emblemático y poco habitual, ya que generalmente el acto de bienvenida de un mandatario extranjero se desarrolla únicamente en el palacio de Bellevue, residencia del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. “Hoy, seis años después de que el Reino Unido empezara a abandonar la Unión Europea, abrimos un nuevo capítulo en nuestra relación”, celebró Steinmeier durante la recepción. “En Alemania, en Europa, queremos vínculos estrechos con el Reino Unido, incluso después del Brexit”, añadió.
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El monarca ha sido recibido en Berlín con elogios a su compromiso medioambiental, que se refleja también en la agenda del viaje, que incluye visitas a una instalación de hidrógeno verde en el puerto de Hamburgo y a una granja ecológica, entre otras. El itinerario también ahonda en los gestos de reconciliación que durante décadas cultivó su madre, la reina Isabel II, con múltiples viajes a Alemania. Una de las paradas, de enorme carga simbólica, es la visita al memorial St. Nikolai, una iglesia en Hamburgo bombardeada por los Aliados durante la II Guerra Mundial.
En su discurso en el Bundestag, el monarca ha agradecido los mensajes de condolencia y los gestos de cariño hacia su madre en Alemania. La última visita de Isabel II al país en 2015 provocó una ola de entusiasmo entre los alemanes, que se concentraron por miles para saludarla en todos sus actos públicos. Carlos III, buen conocedor de Alemania, a donde se ha desplazado más de 40 veces, está provocando un efecto similar. La prensa alemana sigue con mucho interés las informaciones sobre la familia real británica.
En realidad, el viaje europeo de Carlos III debería haber empezado por Francia, a donde se iba a trasladar el domingo pasado, pero fue cancelado por las protestas que vive el país en contra de la reforma de las pensiones. El viaje tiene el claro propósito de tender puentes con Europa tras el Brexit y los últimos años de tensiones con Bruselas por las negociaciones de los acuerdos que definirán la nueva relación del Reino Unido con el continente. A ese desafío se ha unido el de la seguridad y la paz amenazadas por el conflicto en Ucrania, que ha reforzado la necesidad de colaboración en materia de defensa.
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