Mujer, éxito y poder
El 8 de Marzo suscita discusiones que han ido evolucionando con los años, según los objetivos y los criterios de quienes debaten.
La igualdad de oportunidades y los derechos no son sujeto de discrepancia. Es más que obvio que deben ser los mismos para todos los seres humanos. Aparte de los innegables avances logrados, de las batallas ganadas (y las perdidas) por verdaderas valientes y de lo que queda por lograr… hay una discusión pendiente. ¿Tenemos los hombres y las mujeres la misma idea sobre el éxito?
Cada mujer es como es y muy dueña de querer lo que quiera, pero en general… ¿asocian más el éxito al poder los hombres que las mujeres? ¿Por qué tienen que ir tan indefectiblemente unidos en la sociedad que construimos cada día? ¿No es una imposición a las mujeres que se nos empuje a buscar en el poder la felicidad y el éxito, tal como lo han entendido los hombres por siglos?
¿Y si un hombre no aspira a mandar es un fracasado? ¿Y si una mujer está contenta criando a sus hijos y dándose una pausa en la vida laboral (porque puede hacerlo, detalle imprescindible) está decepcionando al feminismo mundial? ¿No es esto tan machista como criticar a una mujer que no quiere tener hijos? ¿Y si el éxito fuera hacer lo que una quiere hacer con su vida sin que le sermoneen desde un bando y desde el otro?
Quedan muchas luchas pendientes. La de las adolescentes engañadas y abusadas por adultos. La de las ancianas abandonadas en su larga viudez. Las de las mujeres acosadas en el trabajo, en su hogar. Las víctimas de violencia.
En Occidente (no en grandes partes del mundo) la mujer ha logrado la igualdad. Sería injusto no ver la realidad; las mujeres llegan hasta donde quieren y pueden.
(También hay hombres que no llegan a donde quieren.)