Brillo y folclore en Desfile Nacional de Carnaval 2023
La creatividad, el brillo, los carnavales tradicionales, la exaltación de la cultura criolla y los mensajes de conciencia social conjugaron el Desfile Nacional de Carnaval 2023.
El máximo evento carnavalesco, organizado por el Ministerio de Cultura, tuvo lugar ayer desde las 3:00 de la tarde en el Malecón de Santo Domingo, donde las mejores comparsas de todo el país se pasearon con sus vistosas creaciones en busca de ganar el Gran Premio con una dotación de un millón de pesos o una de las 10 categorías, cuyos premios van entre los RD$25,000 y RD$200,000.
Santiago se luce
El desfile comenzó con un bello despliegue de comparsas infantiles que derrocharon alegría, inocencia y ternura ante los presentes. La edición de este año estuvo dedicada a Santiago y en memoria del carnavalero Víctor -Vitico- Erarte.
A las 3:06 de la tarde, tras la entrada de la ministra de Cultura, Milagros Germán, pasó la carroza oficial de los Reyes del Carnaval: la cantante Diomary la Mala y el folclorista santiaguero Rafael Almánzar Mármol.
La vistosa carroza estuvo diseñada con el emblemático Monumento a los Héroes de la Restauración y los reyes estaban sentados sobre una carroza con caballos pintados, en honor a estos típicos paseos en la Ciudad Corazón.
Niños protagonistas
Para que las tradiciones continúen en el tiempo deben ser adoptadas por los más chiquitos. Y eso se vio en el desfile. Fueron los niños, desde tres años en adelante, adolescentes y jóvenes que en las primeras horas de la celebración brillaron.
Los primeros fueron el grupo de carnaval infantil compuesto por Los Nietos de Tony Vargas.
Los Lechoncitos eran tan pequeños que, por momentos, se pensaba que eran muñecos, hasta que movían la cabeza. Uno que otro estaba agarrado de un adulto para no distraerse de los aplausos. En total una decena de niños igual vestidos como lechones caminaron detrás con las características vejigas y golpeando el suelo con los fuetes.
Luego llegaron unas hermosas niñas con trajes de fantasía nombradas las Mariposas de Luz y Ritmo de Bonao. Ya entre los más adultos de la delegación de Santiago brillaron los lechones de múltiples colores, con plumas y lentejuelas.
Un total de 10 comparsas únicamente de niños y niñas desfilaron, mientras que el resto estaba compuesto por personas de todas las edades. Este año el Ministerio de Cultura hizo énfasis en la creatividad artística de los más pequeños.
Los performance
Algunos grupos no solo desfilaban, sino que hacían un performance de su disfraz y se robaron el show. Los Pintaos de Barahona escenificaron a una mujer dando a luz; las comparsa de San Juan Los demonios del Jefe representaron la dictadura trujillista con la represión en la cárcel La 40 y la muerte de las Hermanas Mirabal, mientras que Los Brujos recrearon las creencias mágico religiosas.
Se meten tanto en su personaje que utilizan incienso, fuman tabaco, portan imágenes de santos, se pintan de negro y en efecto sobre ellos hay un aura de santería. Sin dudas, una de las comparsas que se roban las miradas.
El Grupo Batey Maguana, de San José de Ocoa, bailó el areíto de los taínos. La comparsa de Bonao resaltó la obra de Cándido Bidó. No faltaron los tradicionales diablos cojuelos de La Vega con hasta tres cabezas.
Los papeluses, funduses y platanuses, la comparsa del carnaval de Cotuí, estuvo exquisita, creativa y vistosa.
No se puede hablar de San Pedro de Macorís sin Los Guloyas y su danza, que son patrimonio cultural de la nación.
Río San Juan trajo la belleza marina. Primero caminó la reina del carnavarengue y como sacadas de mar se pasearon las comparsas con mucha fantasía y brillo para resaltar el ecosistema marino. Un joven con un traje de fantasía y un tridente evocó nos hizo transportar a la película La Sirenita.
Puerto Plata tiene a Los taimáscaros. El cacique de Guamute fue un llamativo personaje individual, además de Atabey Fantasía Taína.
Este grupo tiene la característica de elevar con sus particulares máscaras a las deidades taínas que combinan también elementos africanos y europeos, simbolizando la unión de las tres culturas que han forjado Puerto Plata.
También pasó el Dios Yucahú.
El Gran Santo Domingo tuvo una excelente representación con sus comparsas que enarbolaron la dominicanidad y con un abundante creatividad, especialmente SDE.
Por montones estuvieron personajes individuales, Califé y Robalagallina. Otra comparsa llamativa fue Añoranzas de mi tierra con esculturas gigantes del acordeón, la mamajuana, la chancleta Samurai, el ron Brugal o la cerveza Presidente.
Los payasos de Baní, la comparsa de tradiciones dominicanas de Nizao, llamó la atención de los niños aunque los disfrazados eran adultos.
“Cuidemos la patria”, así se llamó un grupo de San Cristóbal con vestimenta alegórica a la bandera tricolor.
También Los Diablos Ecológicos de San Cristóbal, una comparsa creada por el artista visual Luis Rivas que utiliza potes, tapas y otros objetos de plásticos.
La división Comparsa Fantasía de una Tradición Califé de Baní contó con un desfile de reinas de belleza de ese pueblo, así como el personaje de Califé, con el sombrero largo. El mango, la fruta popular de Baní estuvo impregnada en los trajes.
La capital
La banda de música de San José de los Llanos tuvo su momento. Santo Domingo Este presentó el Califé Tradicional de Los Mina.
Los de Santo Domingo Norte destacaron el reciclaje. Los Buloyitas de SDN volvieron a dejar a todos impresionados. En la categoría Tradicional-Infantil su temática enaltecen nuestros símbolos patrios pintados en su cuerpo e inspirados en los colores de la bandera, y visten una falda de pencas de coco mostrando el talento y la creatividad a través de un jocoso baile.
¡Y llegó el avión! Volando Alto, así se llamó la comparsa de un “avión que viene fletao’ de maleta empaquetao’, como la famosa canción de Johnny Ventura y Kinito Méndez, donde caminó una «Juanita» con sus lentes, cartera y maleta simulando los dominicanos que emigran y regresan «con una maleta cargada de lejanías» a su tierra.
De los personajes solitarios
Hombres y mujeres de forma individual resaltaron con personajes individual. Eso pasó al ver a Beetlejuice, un desfile dentro del grupo de fantasía que mezcla de ese personaje de la película estadounidense con un diablo cojuelo, pero versión mejorada.
Otros fueron El Diablo Mono, la máquina del tiempo en homenaje a Johnny Ventura, Espuma marina, La princesa de Fernan Boy y Los Enmacaraos de Fernan Boy.
Por si fuera poco pasó un ‘Superman’ y ‘La Máscara’.
La música que inspira la fiesta y la alegría del carnaval estuvo en todo momento. No solo bailaron los carnavaleros, también el público con el «Alí babá», «Pipí en Carnaval» de Roldán Mármol, «Baila en la calle» en voz de Fernando Villalona, «E’to se encendió» del Grupo Mío, «La careta» de Johnny Ventura o «La vida es un carnaval» de Celia Cruz.
Fue notoria la gran presencia policial. La nota informativa de la entidad detalló que incorporaron unos 850 efectivos policiales.
Participaron 150 comparsas de toda la República Dominicana. Contrario al año pasado no llovió, para disfrute de una gran multitud de todas las edades en el malecón.