Juanita era en realidad Juan: la historia de la momia hallada en una moto de reparto a domicilio en Perú
Todavía no se ha inventado la aplicación que entrega momias por delivery, aunque Puno -esa región que comparte el Titicaca con Bolivia- se ha adelantado. El último sábado, al pie de un mirador, fue hallada una momia prehispánica dentro de una caja térmica de cubierta roja de la empresa PedidosYa. Su dueño la había sacado a pasear. Tenía la urgencia de que un par de amigos la conociesen. “Yo la cuido y ella me cuida. Es como mi novia espiritual”, dijo Julio César Bermejo, un muchacho de 26 años, con cola y cejas pobladas, ante el asombro de la Policía de Perú, los miembros del Ministerio de Cultura y la prensa.
Mientras Bermejo -que hasta hace un tiempo se dedicaba a repartir comida y paquetes en moto- lucía complacido, compartiendo su historia íntima con la momia, a unos metros sus amigos Diego Luque y Yeral Cartagena no sabían dónde meterse. Y hasta dejaron a su suerte la botella de gaseosa con ron, con la que estaban celebrando el encuentro. En medio de ese brindis los sorprendieron los agentes en horas de la tarde, en la urbanización Las Torres de San Carlos.
“Duerme conmigo. De cariño le puse Juanita”, explicó Julio César Bermejo con una ternura aterradora. Cada una de sus frases es una revelación que provoca escalofríos. Según cuenta, la momia llegó a él por herencia. Su padre la consiguió hace treinta años cuando “se la quitó a un policía a cambio de un dinero que le había prestado y luego se encariñó”. Desde hace años, dice, ha permanecido en su casa, al lado de su televisor. “Cuando me porto mal me jala la frazada. A veces siento como si me tocara la mano”, cuenta.
Bermejo ha negado haber intentado vender ese cuerpo momificado en posición fetal por el que, seguramente, un coleccionista le pagaría una fortuna. Y que más bien, intentó donar a “Juanita” al museo Carlos Dreyer de Puno. Pero que el trámite era demasiado engorroso. Allí el relato de Bermejo cae en inconsistencias que son materia de investigación para el Ministerio Público.
“Para disponer de cualquier elemento que forma parte de nuestro patrimonio cultural se debe contar con autorización del Ministerio de Cultura. Es un delito transportarlo sin autorización, porque se podría interpretar que es tráfico ilícito de bienes culturales”, señaló el arqueólogo que verificó la autenticidad del cuerpo. Delito por el que Julio César Bermejo podría ser condenado hasta cinco años prisión hasta por cinco años.
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La momia, que ya se encuentra en custodia del Ministerio de Cultura, tendría entre 600 y 800 años de antigüedad y pertenecería a la zona oriental de Puno. “Yo bastantes veces he podido fallecer y ella me ha cuidado”, ha confesado Bermejo, quien pensaba que Juanita era una sacerdotisa de aproximadamente 25 años. Si dice la verdad, ha vivido engañado. No era Juanita, sino Juan. Se ha determinado que era varón.
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