Proeza de Guayubín Olivo que Ohtani u otro pitcher igualaría
«Un logro personal es una proeza histórica, pero si cambia la vida de otros; deja huella, es una proeza legendaria»
Guayubín Olivo, “La Montaña Noroestana” es dueño de una proeza como pitcher-bateador que ni Shohei Ohtani, ni otro lanzador podrá lograr en un diamante de béisbol profesional.
¿Y cuál es esa proeza del inmenso Guayubín?
Olivo es el único jugador de béisbol que ha conectado un jonrón con las bases llenas y este hecho aconteció en la Liga Mexicana en 1959 con el equipo Poza Rica.
Monterrey se medía a Poza Rica para una serie de tres partidos. Al comenzar el primer juego, sólo había llegado un árbitro de los asignados y a la hora de cantar ¡play ball!, los dos mánagers acordaron situar provisionalmente a dos jugadores.
El juego comenzó sin dificultades y las decisiones de los peloteros enganchados a árbitros llamaba la atención por la soltura como marcaban las decisiones. Monterrey, club visitante se fue arriba por dos carreras. Llegó el noveno y Poza Rica llenó las bases con dos outs y un débil bateador le tocaba agotar lo que podría ser el out 27, lo que motivó que el mánager convocara al árbitro oficial, el de verdad, y le dijo que iba a sustituir al árbitro de segunda base pues necesitaba usarlo como emergente. Como no había reglamentación de que este movimiento no se podía ejecutar, el mánager del club visitante no se opuso y fue entonces cuando bate en manos Guayubín Olivo se acercó al pentágono, luego de haber actuado durante ocho innings como árbitro de la segunda base.
Guayubín Olivo en su rol de emergente llevó el conteo a dos bolas y dos strikes y al siguiente pitcheo fletó una línea descomunal por el prado derecho que se llevó la verja, anotándose jonrón con las bases llenas.
Al día siguiente, la reseña del juego y el box score consignaba que Guayubín Olivo había bateado de 1-1, jonrón, con 4 remolcadas y en el resumen final figuraba su nombre como árbitro. Este hecho se conoce en México como «el umpire que conectó un gran slam».
Esta es otra proeza de Olivo que es interesante y difícil de superar.
En 1947, en los terrenos del Hipódromo Perla Antillana, Guayubín dejó en cero hit y cero carreras a los Tigres del Licey, lanzando para los Leones del Escogido y el sábado 29 de mayo de 1954, Olivo, de los Tigres del Licey, lanzó un juego sin hit y sin carreras contra los Leones del Escogido, a quienes venció 3×0 en el Estadio Trujillo.
Dos semanas antes, Guayubín le había roto con un sencillo, en rol de emergente, un juego similar que tejía el derecho estadounidense Johnny Wright, de las Águilas Cibaeñas
Olivo deja registros imposibles de romper en el béisbol dominicano como son 86 victorias de por vida, 13 blanqueadas, 70 juegos completos y 742 ponches. Guayubín es el símbolo del pitcheo, un orgullo nacional.
-
1939, nace en San Pedro de Macorís, Ricardo Adolfo Jacobo Carty, luego de estar 13 meses en el vientre de su madre como lo revela en sus memorias autorizadas escritas por Lipe Collado.
-
1973, Epy Guerrero firma al receptor Luis Pujols para los Astros de Houston.
-
1980, Tony Peña debuta con los Piratas de Pittsburgh contra Houston, consiguiendo en su segundo turno un sencillo contra Doug Capilla.
-
1992, el infieder Rafael Bournigal debuta en las Grandes Ligas con los Dodgers.
-
1999, Sammy Sosa conecta su jonrón 56, frente a Sterling Hitchcock, para darle a los Cachorros una victoria de 1-0 sobre San Diego.
-
2008, Adriàn Beltré se va de 6-5 con 5 carreras impulsadas y batea para el ciclo para ayudar a los Marineros a derrotar 12×6 a los Rangers. Beltré es el cuarto Marinero en batear para el ciclo.
-
2020, Marcell Ozuna, Bravos de Atlanta, se convierte en el primer jugador de la Liga Nacional en lograr un juego de tres jonrones en el Fenway Park. Atlanta derrota 10×3 a los Medias Rojas. El segundo jonrón es también el hit número 1000 de la carrera de Ozuna.