Alemania confirma un giro histórico al aprobar su mayor operación de rearme desde la II Guerra Mundial
Han hecho falta tres meses desde el ya célebre discurso en el que el canciller Olaf Scholz anunció la Zeitenwende, el giro histórico en la política exterior y de defensa alemana. Pero ya tiene vía libre para gastar los 100.000 millones de euros que prometió para mejorar las capacidades del ejército alemán en los próximos años. “Es un gran paso para nuestro país”, reconoció Scholz este lunes en Hannover. Se trata, efectivamente, de la mayor operación de rearme de Alemania desde la II Guerra Mundial.
La invasión rusa de Ucrania ha sido un punto de inflexión para Alemania, que llevaba décadas infrafinanciando la Bundeswehr hasta el punto de que jefes militares de alto rango criticaron públicamente en febrero su incapacidad para defender al país en caso de ataque. “Esto ayudará a que Alemania y Europa sean más seguras”, dijo Scholz este lunes durante la inauguración de la feria industrial de Hannover.
El domingo por la noche, después de tres horas reunidos y muchas más preparando el terreno, el tripartito de socialdemócratas, verdes y liberales acordó con los democristianos la creación de este fondo especial, que requiere una reforma de la Constitución. “Se fortalecerá el ejército, que podrá cumplir su mandato de defensa mejor que nunca y podrá hacer su contribución a la OTAN para que podamos defendernos de los ataques del exterior en cualquier momento”, añadió el lunes el canciller.
El 27 de febrero, apenas tres días después del inicio de la guerra de Vladímir Putin contra Ucrania, Scholz compareció solemne ante el Parlamento alemán y anunció el giro histórico que iba a emprender el país. Un día antes ya había borrado de un plumazo décadas de restrictiva política exportadora de armas al autorizar el envío de misiles a una zona de guerra. La oposición conservadora no se lo ha puesto fácil, pero finalmente se ha llegado a un acuerdo, necesario porque para modificar la Ley Fundamental —la Constitución alemana— se necesitan dos tercios de los votos en el Parlamento.
Compras rápidas
Con la vía libre de los democristianos de la CDU y de su partido hermano bávaro CSU, los encargos y las compras de material deberían empezar a fluir con rapidez. El objetivo es aprobar el fondo especial antes del parón parlamentario del verano. El dinero se empleará para engordar el presupuesto habitual de defensa, que es de alrededor de 50.000 millones de euros, durante cinco años. Con 70.000 millones anuales, Alemania estaría mejor preparada para cumplir el objetivo de la OTAN de gastar el 2% del producto interior bruto en defensa. El texto que han aprobado Gobierno y oposición señala, sin embargo, que ese objetivo, al que también se refirió Scholz en su discurso del Bundestag, se logrará “en promedio durante varios años”. Es decir, se deja la puerta abierta a que no se cumpla todos los ejercicios.
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Los democristianos querían anclar ese 2% en la Ley Fundamental, pero finalmente cedieron. La líder de los socialdemócratas del SPD, Saskia Esken, explicó que no se puede garantizar el cumplimiento exacto de ese porcentaje: “Si se encarga un equipo importante hoy, no se recibirá hasta dentro de tres o cuatro años”, dijo al Frankfurter Allgemeine este fin de semana. Según su explicación, habrá años en los que se superará y otros en los que quedará por debajo, pero el objetivo es que, de media, sí se rebase el 2% que pide la OTAN. Estos últimos años la inversión alemana en defensa ha rondado el 1,5% del PIB.
Los liberales, por su parte, exigían mantener el conocido como freno de deuda, las normas constitucionales que limitan estrictamente el déficit presupuestario. Los fondos excepcionales se financiarán con deuda adicional y al margen del presupuesto federal. “Conseguido”, tuiteó el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner. “Juntos nos aseguraremos de que la Bundeswehr se fortalece […] y al mismo tiempo mantenemos el freno de deuda para todos los demás proyectos”. Lindner quiere volver a cumplir el freno de deuda, actualmente suspendido por los efectos de la pandemia, en 2023.
Todavía no se conoce con detalle qué proyectos de armamento tendrán prioridad en el nuevo fondo, pero al menos se sabe que se utilizará para financiar la adquisición de nuevos aviones de combate que sustituyan a los envejecidos Tornado que usa actualmente la Bundeswehr y que está previsto jubilar hacia 2025. El Ministerio de Defensa ya ha elaborado una lista con las compras necesarias. Se sabe que incluyen también dispositivos de visión nocturna y helicópteros de transporte pesado, según enumeró la titular del departamento, la socialdemócrata Christine Lambrecht, en la cadena ZDF.
El Ministerio de Defensa anunció hace unas semanas el encargo de 35 cazas F-35 estadounidenses de última generación del fabricante Lockheed Martin. La decisión levantó alguna ceja en Francia, puesto que podría perjudicar a los proyectos conjuntos para fabricar un avión de combate europeo. “Se lanzará una iniciativa para acelerar las adquisiciones sin demora y antes del receso parlamentario de verano”, se lee en el comunicado que Gobierno y oposición hicieron público el domingo por la noche tras llegar a un acuerdo.
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