Riqueza: Casualidad vs. causalidad

Riqueza: Casualidad vs. causalidad

El que entiende que el destino no es casual, causa su riqueza con sus acciones.

Ser rico por casualidad es posible. Te encuentras un boleto de la lotería y sale. ¡Qué casualidad! Pero hasta para querer sacarse la lotería hay que comprar un boleto, estamos tomando la primera acción que no es casual.

En el día a día vamos tomando decisiones que construyen nuestra realidad financiera. La que muy pocas veces se debe a una casualidad de la vida, sino que es causa de lo que vamos haciendo.

Claro, algunos nacen en una familia que se los da todo y luego hasta una herencia temprana les entrega bonanza financiera. No es el caso de la gran mayoría… a quien quiero dirigirme en este escrito.

Para tener la tranquilidad financiera debemos tomar acciones, causarla diría yo.

Si quiero comprar un vehículo o una casa no puedo gastar todo el dinero que me gano. Una parte debo ahorrarla y luego invertirla. Hasta tener lo suficiente para el inicial o quizá el todo. ¿Ves? Estamos causando que la compra sea posible.

De la misma forma pasa hacia el lado negativo de las finanzas. Si gasto todo lo que recibo en algún momento estaré necesitando dinero extra para cubrir mis gastos comunes. Una o varias tarjetas de crédito inician el camino, seguido de una consolidación de deudas me lleva a tener un balance negativo. No por casualidad, también ha sido causa de mis acciones.

No es fácil hacerse responsable de los resultados negativos. Así como tampoco queremos aceptar que los positivos de otros no han sido casuales. Mucho menos de que para lograr lo que queremos y no hemos logrado será causa de las decisiones y acciones que tomaremos.

La opción más asertiva que tenemos si queremos unas buenas finanzas personales, es hacernos responsables de nuestro futuro.

Dogmas de vida que nos lleven a vivir solo el ahora ponen en peligro cualquier futuro. Desde el más lejano hasta el que llegará la próxima semana. Son esos los comportamientos que nos hacen vivir solicitando que la casualidad esté a nuestro favor.

Solicitar el favor de un ser supremo sin reconocerle que nos ha dado tanto para lograr lo que deseamos me parece un poco ingrato. Tengo manos, pies, un cerebro para aprender, una boca para dar… sí, no para pedir, sino para dar.

Pedir el resultado no es tan asertivo como aprovechar los medios que ya tenemos a nuestro alcance.

¿Ves? La vida tiene muchas aristas, si nos hacemos las víctimas le entregamos el poder de la construcción de nuestro futuro a la casualidad. Si vemos lo que tenemos para lograr lo que queremos, nos otorgamos el poder de causar nuestro porvenir… con decisiones y acciones.

Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.

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