La Fiscalía pide seis años de cárcel para Berlusconi por soborno a testigos en el caso de la prostitución de menores
La carrera judicial de Silvio Berlusconi es ya casi más larga que la política. Y eso que el líder de Forza Italia cuenta con una de las más longevas de Europa. A sus 85 años, todavía jefe del partido que fundó en 1994, y tras ver cómo se esfumaba hace pocos meses el sueño de ser presidente de la República, debe afrontar otra petición de cárcel por parte de la Fiscalía de Milán. El miércoles, el ministerio público solicitó para el magnate seis años de cárcel y la incautación de 10,8 millones de euros por un supuesto delito de soborno en actos judiciales. Es decir, la Fiscalía considera que el dueño de Mediaset sobornó a testigos y a las mujeres implicadas en sus fiestas ―algunas menores― para que no dieran la versión real de los hechos durante el juicio en 2011 en el que fue acusado de prostitución de menores ―el dirigente nunca ha sido condenado en firme por el caso―.
La petición se ha realizado en el marco del llamado proceso Ruby Tres, que trata de esclarecer si el magnate sobornó a los testigos de procedimientos previos para que mintieran sobre lo que ocurría en sus fiestas. Pero se espera que el fallo llegue antes de septiembre. La Fiscalía, además, también ha solicitado cinco años de prisión para la marroquí Karima El Mahroug, apodada Ruby ―también como Ruby Robacorazones― y con quien el político, supuestamente, mantuvo relaciones sexuales cuando ella era menor de edad. La mujer afronta cargos por perjurio y soborno en actos judiciales. La Fiscalía ha pedido también la incautación de bienes por cinco millones de euros.
La causa es amplia ―Berlusconi ha eludido varias vistas alegando problemas de salud― y abarca a la mayoría de chicas que desfilaron por las fiestas del magnate, conocidas ya en el imaginario político italiano como Bunga Bunga. El tribunal ha solicitado otras 26 condenas, entre ellas para 20 de esas mujeres, cuyo silencio fue presuntamente comprado por el entonces primer ministro de Italia. Uno de los fiscales del caso, Luca Gaglio, ha señalado que Berlusconi “decidió pagar el silencio y las mentiras” tanto de El Mahroug, como de los demás invitados que acudieron a las fiestas en su mansión de Arcore, a pocos kilómetros de Milán. “A estas chicas les aseguraron que estarían bien tanto de ingresos, con una cuota mensual de 2.500 euros, como de alojamiento”, ha asegurado.
El anuncio de la fiscalía provocó el tradicional reguero de solidaridad de los fieles de Berlusconi, entre los que también se encuentran ministros del Gobierno de concentración encabezado por Mario Draghi, como el titular de Administraciones Públicas, Renato Brunetta. “Plena solidaridad con el presidente Berlusconi, obligado a afrontar otra prueba que ―estoy seguro― superará con la cabeza alta como ha hecho siempre”, publicó en su cuenta de Twitter. Lo sorprendente es que también recibió esas palmadas virtuales en la espalda de líderes de otros partidos, como el ultraderechista Matteo Salvini. El jefe de La Liga criticó “que haya otro juicio y otra petición de condena para Berlusconi” y afirmó que la “justicia cambiará” si sale adelante el referéndum para reformarla convocado el 12 de junio que, entre otras cosas, suprime la prohibición actual de ejercer cargos a los condenados con sentencia firme a más de dos años de cárcel.
El proceso Ruby Tres se instruye desde Milán, pero tiene ramificaciones en Turín, Pescara, Treviso, Monza y Siena. En la ciudad toscana, justamente, el tribunal absolvió en octubre pasado a Berlusconi y al pianista de sus fiestas, Danilo Mariani, al considerar que no estaba probado que fuera sobornado para silenciar la verdad en el juicio. En 2015 Berlusconi fue absuelto por el Tribunal Supremo italiano en el caso Ruby y después afrontó el caso Ruby bis, en el que fueron condenados algunos de sus colaboradores.
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