Hernán Jirón y Rosca Izquierda
La noticia de tu muerte me conmovió de tal forma que me sacó de mis cabales y solo atiné a preguntarme: ¿Por qué diablos se mueren los buenos?
No podía ser de otra manera. Hacía pocos días que había ido a visitarte junto a la tía Maruja y como siempre, pasamos revista de los acontecimientos y conversamos junto a los demás familiares presentes. Tú con ese comportamiento elegante que te distinguía y esa calma monacal que sólo tú sabías exhibir.
Viniste de la tierra del cobre con tu armadura de Quijote a luchar contra las injusticias y las absurdidades de este país que sin ser el tuyo, abrazaste y quisiste sintiendo sus glorias y desvaríos. Recuerdo con admiración y orgullo, tu llamada del pasado 27 de febrero cuando me dijiste: “Te llamo para felicitarte por el Día de la Independencia”. Sólo tu amor por este país podía producir una llamada parecida.
Para luchar, a tu manera de caballero, escogiste la gráfica y el humor porque sabías que la ironía y el sarcasmo sirven para revelar las crudas verdades. Y entonces creaste a Rosca Izquierda, un personaje caricaturesco capaz de hacer las deducciones más elementales pero que regularmente escapan a nuestro ojos.
La sabiduría que expresabas en ese comic, bien pudieran compararse a las lecciones que el famoso hidalgo caballero daba a su Sancho Panza. Total, Rosca Izquierda siempre nos hizo recordar que estamos en una “Ínsula” y que esta no es tan barata como la que ideó el Manco de Lepanto.
Sé que la partida de este mundo no era tu gran preocupación, sino la ida sin dejar resueltos los problemas que día a día agobiaban a Rosca Izquierda. Pero te fuiste y las incongruencias del diario vivir seguirán. Ahora para nosotros, los que te seguíamos a través de Rosca Izquierda, la pregunta que nos embarga es sobre la continuidad de tu legado.
¿Quién recogerá el hacha y seguirá luchando con humor contra los molinos de viento que se nos hacen realidades? ¿Quién tendrá el fino tacto y la sensibilidad para identificar los problemas nacionales y darles las soluciones fáciles que tu solías encontrar?
Te ausentaste calladamente cual Neruda, y sin mostrar un gesto de dolor, dejando nuestras frustraciones inconclusas. Pero el pueblo que sufre la falta de sensatez y las injusticias te recordará como lo que fuiste: un Rosca Izquierda con elegancia y con humor.