Biden sostiene que EE UU defendería a Taiwán en caso de invasión por parte de China
En la gira del presidente estadounidense, Joe Biden, por Asia, un asunto amenazaba hacer saltar chispas en la relación entre Washington y Pekín, ya de por sí áspera. Taiwán, que China considera parte de su territorio y para cuya unificación no renuncia al uso de la fuerza. Estados Unidos está obligado por ley a suministrar armas para la autodefensa de la isla de régimen democrático, pero durante cuatro décadas ha esquivado clarificar si salía en ayuda de Taipéi en caso de una invasión, en una política que denomina “ambigüedad estratégica”. Biden ha apretado ese botón. Preguntado este lunes por un periodista si defendería a Taiwán en caso de ataque, el inquilino de la Casa Blanca contestó “sí”. “Es el compromiso que hemos tomado”, agregó.
“Respetamos la política de Una China. La hemos firmado, a ella y a todos los acuerdos tomados a partir de ella”, precisó. “Pero la idea de que [Taiwán] se pueda tomar por la fuerza, simplemente por la fuerza, no es apropiada”. Biden subrayó que su expectativa es que algo así no llegaría a ocurrir ni se intentaría.
La expresión “Una China” representa ―aunque con interpretaciones distintas― la base de las relaciones diplomáticas entre Pekín y Estados Unidos (y entre Pekín y el resto de naciones). Para el gigante asiático, esa expresión es un “principio” e implica el reconocimiento de que solo existe una China, y esta incluye a Taiwán, donde se refugiaron las tropas nacionalistas derrotadas por el ejército comunista en la guerra civil en 1949. Para Estados Unidos, la expresión es una “política” y significa que reconoce al Gobierno en Pekín como el representante de China, pero el estatus de Taiwán no está determinado.
Más tarde, un funcionario de la Casa Blanca que acompañaba a Biden matizaba que la respuesta presidencial no significa un abandono de la “ambigüedad estratégica”.
No es la primera vez que el presidente demócrata pronuncia declaraciones en las que se muestra dispuesto a prestar asistencia militar a Taiwán en caso de ataque. Ya en octubre hizo un comentario similar, que causó un enorme malestar en Pekín antes de que funcionarios de la Casa Blanca matizaran ―como ahora― que no ha habido un cambio de postura estadounidense. La cuestión taiwanesa es el asunto más importante, y más delicado, en la relación entre Estados Unidos y China; Pekín advierte a Washington una y otra vez contra su apoyo a la isla.
Presión china sobre Taiwán
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Desde la llegada al poder del presidente chino, Xi Jinping, y especialmente desde el comienzo del mandato de la presidenta Tsai Ing Wen en Taipéi en 2016, Pekín ha aumentado su presión sobre la isla. Aviones militares chinos sobrevuelan con frecuencia el espacio de defensa aéreo taiwanés, y la retórica del Gobierno de Xi es cada vez más asertiva sobre una futura unificación, aunque sea por la fuerza. Al mismo tiempo, sostiene que su preferencia es la unificación por la vía pacífica, a través de unas relaciones económicas, políticas y culturales cada vez mayores.
En Pekín, China ha reiterado la posición que suele alegar en todo lo relativo a Taiwán: “Nadie debería subestimar la firme determinación, la firme voluntad y capacidad del pueblo chino de defender la soberanía nacional y la integridad territorial”, ha declarado el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Wang Wenbin, en la rueda de prensa diaria de su ministerio.
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