Los que hay que saber de la resistencia a la insulina
La resistencia a la insulina se define como una respuesta anormal de la estimulación de la insulina a los tejidos, principalmente el hígado, músculo y tejido graso. Para ponerlos en contexto definamos a la insulina, ¿qué es? Es una hormona que produce el páncreas y permite que las células absorban y utilicen la glucosa (el combustible de nuestro cuerpo).
Las consecuencias de tener resistencia a la insulina incluyen elevación de la glicemia, hipertensión, dislipidemia (alteración en el colesterol), adiposidad visceral (grasa en los órganos), hiperuricemia (acido áurico elevado), marcadores inflamatorios elevados (ej. PCR, ferritina), hígado graso no alcohólico, síndrome metabólico y síndrome de ovario poliquístico y diabetes mellitus tipo 2, esta ultima es la consecuencia más predominante. (Freeman, 2021)
A pesar de que es la diabetes la principal consecuencia, en muchos casos la resistencia a la insulina no se presenta con alteración de la glicemia (azúcar en sangre). Por lo que, podría pasar inadvertida en muchos casos cuando no es identificada correctamente. Algunos modos de realizar el diagnóstico son medir la insulina en sangre, a través de una curva de tolerancia a la glucosa o medir los índices como el HOMA (un acrónimo que significa Modelo de Evaluación de la Homeostasis en inglés).
Resulta que el enfoque principal para resolver este problema es el cambio en el estilo de vida. Parecería sencillo que le informen que no necesitan fármacos, sino que debe realizar ejercicios y controlar su alimentación, principalmente evitar el exceso de azúcar en la dieta, alimentos procesados y priorizar alimentos altos en fibra y ricos en proteína. Sin embargo, tristemente sabemos que, ¡cambiar hábitos de forma sostenida es una tarea más difícil que tomar medicamentos!
Considerando la importancia de ajustar hábitos como parte de una estrategia de prevención de enfermedades, debemos comenzar abordando el sobrepeso, la obesidad y el manejo de la alimentación de una forma individual, una que atienda a las necesidades específicas, que pueda apegarse tanto desde el orden socioeconómico como desde el punto de vista práctico. Actualmente, existen fármacos que podrían contribuir a la prevención y al tratamiento de la resistencia a la insulina, pero se necesita evaluar la presencia de otras enfermedades como hipertensión, historia familiar, estadio de la obesidad y otros relevantes.
De esto podemos aprender tres cuestiones importantes: identificar, diagnosticar y tratar oportunamente hacen la diferencia en la resistencia a la insulina.