Cuándo resultan necesarios probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos cuya ingesta supone beneficios para la salud, es la definición sugerida por la FAO (Organización de las Naciones Unidos para la Alimentación y Agricultura) y la OMS (Organización Mundial de la Salud).
El consumo de probióticos se ha asociado con beneficios que incluyen mejorar la absorción de nutrientes a partir de estimular la microbiota gastrointestinal y por tanto, el sistema inmunológico, también diarreas relacionadas al síndrome de intestino irritable y otros casos. Se han incluido en una gran cantidad de alimentos como el yogurt, el queso, leche, otros como kombucha y vegetales fermentados como sauerkraut o kimchi.
Hasta el momento sigue siendo motivo de estudio cuánto y con qué frecuencia se deberían consumir probióticos de forma segura. Esto es porque las bacterias incluidas en los probióticos deben viajar una ruta desde la boca, estómago e intestino, donde los niveles de acidez y alcalinidad varían, y pueden inhibir la mayoría de las bacterias incluso aquellas en suplementos de probióticos.
Además de esto, muchos de los estudios hasta la fecha resaltan la pobre regulación en la producción de estos suplementos, y por tanto, la preocupación de su seguridad. Por eso, no solamente podrían no ser efectivos en mejorar la microbiota sino que podrían resultar dañinos considerando las altas tasas de resistencia a antibióticos por parte de bacterias altamente resistentes. (Wang, 2020)
Los pacientes con un sistema inmune vulnerable, como los recién nacidos, las personas con diabetes, cáncer o con algún órgano transplantado tienen mayor riesgo al consumir probióticos porque podrían producirse infecciones localizadas o sistémicas que podrían complicarse (Kothari, 2022)
Para asegurarse de que un suplemento con probióticos cumple criterios de seguridad se sugiere que se utilicen cepas provenientes de Lactobacillus y Bifidobacterium, pues cualquier otro género de bacterias podría causar contaminación alimentaria y sería mandatorio realizar estudios de seguridad.
Sobre cuándo considerar el uso de un probiótico, debe consultar con su médico en nutrición para individualizar la recomendación. Inicialmente, lo ideal es estimular el consumo a partir de alimentos como yogurt (sin o muy bajo en azúcar), kéfir o vegetales fermentados en moderación (tanto en porción como frecuencia) para incluir los beneficios sugeridos en la rutina nutricional.