Biden vuelve a la cena de corresponsales: “La verdad importa. La democracia no es un ‘reality show”
Hubo bromas, famosos y glamur, pero también algunos mensajes muy serios. Tras el veto de Donald Trump durante su mandato y el parón por la pandemia, Joe Biden acudió este sábado por la noche a la tradicional cena con los periodistas que cubren la Casa Blanca y lanzó un alegato a favor de la prensa, rindiendo homenaje, entre otros, a los reporteros que han muerto en la guerra de Ucrania. Pero, en un país cada vez más polarizado, también advirtió del “veneno” de la desinformación y pidió a la prensa “buscar la verdad lo mejor posible, no para inflamar o entretener, sino para iluminar y educar”. “La verdad importa. La democracia americana no es un reality show.”, subrayó.
La cena de corresponsales de la Casa Blanca se ha celebrado este sábado por la noche por todo lo alto con la asistencia de Biden y unas 2.600 personas agolpadas en un salón del hotel Washington Hilton sin mascarilla ni distancia social, aunque con prueba de vacunación y un test negativo del día como requisitos para asistir.
Hace unas semanas, otro destacado evento social de Washington con periodistas, la cena del club Gridiron, se convirtió en un evento supercontagiador, con decenas de casos confirmados en los siguientes días. El fantasma de la covid ha provocado que Biden, de 79 años, no haya participado en la cena como tal, sino que se haya incorporado a los discursos finales que cierran el acto, el de un humorista, esta vez Trevor Noah, que se burla del presidente y el del propio presidente, que se burló de sí mismo, de los periodistas, de los republicanos y de Trump.
La pandemia dio pie a algunos de sus chistes. “Es la primera vez que el presidente asiste a esta cena en seis años. Es comprensible. Tuvimos una horrible plaga seguida de dos años de covid”, dijo. Y lanzó una pulla a los periodistas de la cadena Fox News presentes (y, por tanto, vacunados) por su hipocresía, ya que no se puede decir que su cadena haya sido muy entusiasta con las vacunas.
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Biden arrancó bromeando con su bajo índice de popularidad. “Doy las gracias en especial al 42% que de verdad ha aplaudido. Estoy muy emocionado de estar aquí esta noche con el único grupo de estadounidenses con un índice de aprobación más bajo que yo”, dijo en referencia a los periodistas. También dejó un recado a sus rivales políticos: “No estoy aquí para meterme con el Partido Republicano. No es mi estilo. Además, no hay nada que pueda decir sobre ellos que no le hayan grabado ya a Kevin McCarthy”, líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, al que en diferentes momentos le han grabado conversaciones en que descalificaba a Trump.
Veneno en la democracia
Pero luego Biden se puso serio: “Estamos en una época en la que lo que tanto tiempo dimos por sentado se enfrenta a la mayor de las amenazas. Y estoy siendo mortalmente serio. En el extranjero, el orden mundial liberal que sentó las bases de la paz, la estabilidad y la prosperidad mundiales desde la II Guerra Mundial está verdadera y gravemente amenazado. Y en casa, un veneno corroe nuestra democracia. Todo esto tiene lugar con el aumento de la desinformación, donde la verdad es enterrada por las mentiras y las mentiras viven como verdad. Ustedes, la prensa libre, importan más que nunca en el siglo pasado”.
Medio en broma, medio en serio, terminó cediendo la palabra a Noah: “Trevor, ahora puedes meterte con el presidente y a diferencia de Rusia, aquí no irás a la cárcel“.
Además de la vuelta a la vida social tras la pandemia, la asistencia de Biden a la cena de este sábado simboliza de alguna manera la relativa normalización de las relaciones entre la Casa Blanca y la prensa tras el tempestuoso periodo de Donald Trump. El anterior presidente boicoteó primero y dio por “muerta”, después, la cena de corresponsales. No estaba dispuesto a que se burlasen de él siendo presidente.
En dos ocasiones anteriores, el propio Trump ya había sido objeto de mofa en la cena de corresponsales. Especialmente recordada es la edición de 2011, cuando el entonces presidente, Barack Obama, humilló a Trump, que había estado alentando la teoría de la conspiración según la cual Obama no había nacido en Estados Unidos y era, por tanto, un presidente ilegítimo. Trump niega la teoría de que fueron esas burlas las que le decidieron a pelear por la presidencia.
El primer corresponsal en la Casa Blanca fue el periodista del Washington Evening Star William Fatty Price, que recibió el encargo de ir a la sede presidencial en busca de noticias. Se apostaba en la entrada de forma regular y preguntaba a quiénes entraban y salían a qué iban y de qué habían hablado. Era el año 1896. Su columna At the White House (En la Casa Blanca) se convirtió en un éxito y enseguida le surgió competencia y de alguna manera nacía así el cuerpo de corresponsales en la Casa Blanca. William McKinley fue el primer presidente que comparecía con frecuencia en el pórtico para atender a los periodistas. Fue asesinado en 1901 y su sustituto, Theodore Roosevelt, aprovechó la renovación de la Casa Blanca en 1902 para crear la primera sala de prensa.
Desde entonces, el cuerpo de corresponsales en la Casa Blanca no ha hecho más que crecer. Ese grupo de periodistas tuvo su primera cena en 1921 y en 1924 el presidente Calvin Coolidge se unió a la fiesta —”Ese año acababa de ser elegido senador”, bromeó Biden con su edad—. Desde entonces, todos los presidentes habían acudido a la cena de corresponsales hasta llegar a Trump. La última ausencia que se recordaba era la de Ronald Reagan en 1981, poco después de recibir un balazo. John F. Kennedy logró que se admitiese a las mujeres en la fiesta desde 1962 al amenazar con no ir en caso contrario.
Actores y famosos
Algunos medios estadounidenses han criticado la cena porque consideran que transmite una imagen de excesiva camaradería o compadreo entre políticos y periodistas. The New York Times no deja asistir a sus periodistas desde hace años a la cena oficial, pero sí que acuden a fiestas y celebraciones paralelas que han crecido alrededor del evento.
Con el tiempo, la cena se ha convertido quizá en el evento social más glamuroso de Washington, con una alfombra roja cada vez más concurrida. Este año las cámaras han apuntado sobre todo a Kim Kardashian, que ha acudido con su nueva pareja, el cómico y actor Pete Davidson.
En el acto se entregan premios de periodistas y hay quien ha bromeado con los Oscar. No en vano entre los asistentes estaban las actrices Drew Barrimore, Brooke Shields, Diane Lane, Fran Drescher y Amy Shiels y los actores Tim Daly, Leslie Jordan o Corey Stoll. Este último saltó a la fama por interpretar a un congresista en la serie House of Cards, que ya es más que lo que muchos de los famosos, modelos y celebridades diversas que acuden a la fiesta tienen que ver con el periodismo o la política.
La cena de corresponsales fue bautizada hace años como la nerd prom, algo así como la fiesta de los empollones. Se supone que quienes llegan a corresponsales en la Casa Blanca son brillantes o esforzados estudiantes que no acudieron siquiera a su baile de graduación (prom) y aquí tenían su ocasión de socializar entre sí. Ahora se parece cada vez más a una fiesta de Hollywood.
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