Uno de cada cuatro ucranios ha huido de su casa por la guerra
El número de refugiados ucranios por la invasión rusa supera ya los cuatro millones, ha anunciado este miércoles la agencia de Naciones Unidas encargada de los refugiados, Acnur. Es una cifra simbólica por tratarse del horizonte al que apuntaba la propia Acnur en los primeros días de la guerra para advertir de las dimensiones que podría alcanzar el éxodo. Entonces era solo el que más rápido crecía desde el fin de la II Guerra Mundial, ya que las guerras de desintegración de Yugoslavia y la crisis de Kosovo causaron en los años noventa al menos 2,2 millones de refugiados.
4 million have fled Ukraine
~ 6.5 million are displaced inside the country
~ 13 million are estimated to be stranded in affected areas or unable to leaveWe are confronted with the realities of a massive humanitarian crisis that is growing by the second. pic.twitter.com/ZTBj1ldrql
— UNHCR, the UN Refugee Agency (@Refugees) March 30, 2022
Los cuatro millones son también tristemente simbólicos porque suponen que cerca del 10% de los habitantes de Ucrania antes de la guerra (unos 44 millones) ya no están en el país. Además de los cuatro millones de refugiados, hay 6,5 millones de desplazados, cobijados principalmente en la menos castigada zona occidental del país, así que, en conjunto, casi uno de cada cuatro ucranios ha tenido que abandonar su casa.
La ONU calcula además en más de 13 millones las personas atrapadas en zonas de conflicto o sin capacidad de salir, por motivos como el riesgo que implica para su seguridad, la destrucción de puentes y carreteras o las dudas sobre su capacidad de poder comer o alojarse antes de cruzar la frontera. “La escala del sufrimiento humano y el desplazamiento forzado exceden sobremanera el peor escenario planificado”, ha afirmado este miércoles el director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), António Vitorino.
Aunque no ha sido formalmente anunciada como tal, la crisis ucrania es ya la mayor en los últimos 75 años de historia del continente. “Se puede decir sin temor a equivocarse que, por la combinación de la magnitud y la velocidad, no ha habido ninguna de este tipo en Europa desde la II Guerra Mundial […] Para nuestro conocimiento, ninguna ni tan grande ni tan veloz”, señala por teléfono Matt Saltmarsh, portavoz de Acnur. En la segunda semana de la invasión rusa, el responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell, vaticinó hasta cinco millones de refugiados. Hoy, la UE habla de hasta ocho o diez millones si el conflicto se prolonga durante meses.
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El único precedente mayor en números absolutos en el continente es la masiva expulsión de alemanes étnicos, principalmente en la entonces URSS, Polonia y Checoslovaquia, tras la capitulación de la Alemania nazi en mayo de 1945. No hay un cálculo definitivo, pero los historiadores la cifran en una horquilla de 10 a 15 millones de personas y la consideran la peor oleada de refugiados que dejó el conflicto, pese a suceder tras su fin. Acnur nació en 1950 justamente para socorrer a los refugiados en Europa para un periodo de tres años que ha acabado durando 72.
El éxodo ucranio es aún porcentualmente menor que el de la también europea y bastante más pequeña Bosnia. La guerra en el país balcánico (1992-1995) convirtió en refugiados o desplazados a casi la mitad de sus entonces cuatro millones de habitantes. Ucrania sigue también por debajo, en términos absolutos, de grandes oleadas históricas de refugiados en otras partes del mundo, como las que generaron la partición de la India y la posterior creación de Bangladés; Afganistán, primero con la invasión soviética, luego con las guerras civiles y más tarde con el primer régimen talibán; o, sin ir más lejos en el tiempo, la guerra en Siria iniciada en 2011. El éxodo venezolano presenta números similares al caso sirio, en torno a los seis millones de personas, pero no todos son considerados refugiados. En cualquier caso, son ejemplos de años, mientras que la guerra en Ucrania apenas acumula cinco semanas.
Menos salidas diarias
En los puestos fronterizos, estaciones de trenes y autobús y centros de acogida de refugiados en Polonia se nota que el ritmo de salidas de Ucrania ha caído notablemente. Los antes abarrotados pabellones, halls de las arterias de transporte y atascos interminables en los accesos por carretera han dado paso a un ajetreo constante, pero menos masivo, que se expande en muchos casos a otros puntos de la Unión Europea, principalmente Alemania, que ha registrado unos 270.000 refugiados. Austria y Lituania, con 35.000; Francia, con 30.000; y España, con alrededor de 25.000, son otros de los principales países de destino.
Las entradas diarias a los países fronterizos llevan varios días en torno a las 40.000. Entre el 25 y el 27 de febrero ―tras el empuje inicial ruso y el recrudecimiento del cerco a la capital Kiev―, el número de refugiados casi se duplicó, al pasar de algo más de 80.000 a rozar los 160.000. El 6 de marzo marcó el pico, con 200.000 salidas en un día, para ir descendiendo paulatinamente. Más de la mitad de los refugiados (2,33 millones) han salido a través de Polonia. El resto lo ha hecho por las fronteras de Rumania (608.936), Moldavia (387.151), Hungría (364.804), Rusia (350.632), Eslovaquia (281.172) y Bielorrusia (10.902), según los últimos datos de Acnur, actualizados el pasado martes.
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