Problemas con las rutas de transporte de pasajeros
Sobre el papel la idea es buena: sacar conchos de las principales avenidas, sustituirlos por autobuses que manejan en régimen de cooperativa los choferes que cubrían dichas rutas.
Lo que parecía que iba a funcionar, obviando todos que no se habían sacado las rutas a licitación, que se habían adjudicado directamente a empresarios privados que con el uniforme de sindicalistas han mantenido el transporte colectivo en el caos por décadas y, siempre en beneficio propio, empieza a dar problemas.
Si no respetan las reglas de juego y se sientan a negociar los empresarios del transporte podrían perder una oportunidad de oro. Y de paso, seguirían privando a los ciudadanos de uno de los intentos de mejorar el transporte colectivo con más oportunidades de éxito.
Estos empresarios manejan un elemento crucial para la movilidad, la productividad, la seguridad ciudadana. Ofrecían un transporte caro, inseguro y muy poco eficiente a efectos de conectividad. Se estaba abriendo una puerta que la ciudad no se puede permitir el lujo de cerrar. Aunque se hayan repartido el negocio sin licitación.