Luis Abinader tomó un vuelo privado para viajar a Argentina
El presidente Luis Abinader salió de viaje oficial a Argentina y Chile, y para ello voló en un avión privado.
De inmediato los señalamientos contra la determinación presidencial no se han dejado esperar en el mundo social y en algunos programas de radio y televisión. Las críticas en ese sentido contra el mandatario son injustificadas.
Primero, porque los presidentes de los países deben volar cómodos, en un entorno seguro, que les permita trabajar mientras viajan, con libertad y sin faltar a la discreción.
Segundo, en un viaje tan largo, garantizar que el presidente llegue descansado y listo para enfrentar una compleja agenda de actos, resulta imprescindible.
Tercero, Abinader no es un presidente de esos viajeros, lo hace poco y mientras no entre en excesos, lo del avión privado se justifica.
Cuarto, es un tema de mercadeo y proyección de imagen. Un presidente de un país que viaja en clase económica manda el mensaje de que vive en una nación falta de cultura y muerta de hambre. Y esa no es la República Dominicana.
Así que uno quisiera que su presidente luzca bien ante sus pares, sin que se le vaya la mano. Y ojo, esto es aplicable sólo al presidente.