Violencia y delincuencia en República Dominicana
Las palabras del ministro de Interior y Policía merecen una reflexión. “Tenemos una sociedad violenta”, dice, y en esas palabras resume la realidad que enfrenta cada día. La reforma de la Policía, a la que este gobierno ha apostado, no será suficiente, aunque sea imprescindible.
Los reportes cíclicos de la violencia en las escuelas, los enfrentamientos a tiros en un accidente de tráfico o por un parqueo, los datos de violencia intrafamiliar… son la muestra de que la violencia está muy profundamente arraigada en la vida cotidiana. No se trata solo de asaltos de delincuentes o asesinatos por encargo (que también se han reportado). Es el día a día de una sociedad que según los especialistas, ha interiorizado como normales actos que encierran una violencia contenida… que de pronto se desata.
Hay cambios, muchos, en la Policía. Hay proyectos, asesorías, nuevos esquemas y entrenamientos. Los que el ministro Vásquez reclama es algo más profundo y cotidiano. La revisión de los patrones culturales y sociales que dibujan una sociedad que él define como violenta.
Las palabras del ministro de Interior y Policía merecen una reflexión. “Tenemos una sociedad violenta”, dice, y en esas palabras resume la realidad que enfrenta cada día. La reforma de la Policía, a la que este gobierno ha apostado, no será suficiente, aunque sea imprescindible.
Los reportes cíclicos de la violencia en las escuelas, los enfrentamientos a tiros en un accidente de tráfico o por un parqueo, los datos de violencia intrafamiliar… son la muestra de que la violencia está muy profundamente arraigada en la vida cotidiana. No se trata solo de asaltos de delincuentes o asesinatos por encargo (que también se han reportado). Es el día a día de una sociedad que según los especialistas, ha interiorizado como normales actos que encierran una violencia contenida… que de pronto se desata.
Hay cambios, muchos, en la Policía. Hay proyectos, asesorías, nuevos esquemas y entrenamientos. Los que el ministro Vásquez reclama es algo más profundo y cotidiano. La revisión de los patrones culturales y sociales que dibujan una sociedad que él define como violenta.