El padre Moncho y sor Magdalena dejan vacío en la sociedad
En menos de 15 días la Iglesia católica ha visto partir de la tierra a dos activos sociales que desde la religión se dedicaron al servicio de las personas más necesitadas. Se trata del sacerdote Ramón Alejo Cruz (padre Moncho) y sor Magdalena Valdez, apodada «madre de los presos».
El padre Moncho, quien murió el jueves después de estar afectado de problemas pulmonares, siempre defendió a la gente pobre, la naturaleza y a la niñez. También se dedicó a denunciar las injusticias que cometían los gobiernos de turno.
Cuando el maestro uasdiano Narciso González fue secuestrado durante el último gobierno de Joaquín Balaguer, Moncho dirigía la revista La Muralla, donde el catedrático escribió el artículo “Diez razones por lo cual Balaguer es lo más perverso de América Latina”. La Policía Nacional ocupó la parroquia y le montó vigilancia durante varios meses.
“Todas las luchas sociales del padre Moncho eran basadas en la fe. Dios Padre y Espíritu Santo para que no quedaran dudas de cuáles eran sus intenciones”, expresó el padre Ramón Abreu.
El padre Ramón –Nino- Ramos resaltó que hasta el último momento de su vida el padre Moncho estuvo entregado a las mejores causas, “sobre todo a las de los pobres y a que se hiciera justicia”.
Para el padre Rogelio Cruz, Ramón Alejo encarnó a Jesús al acompañar los procesos de un país que iba a la deriba.
Sus allegados siempre recordarán a Ramón Alejo Cruz por sus frases. Decía constantemente “no hay fe con la barriga vacía” y “nada humano me es indiferente”.
Sor Magdalena
A mediados del mes de enero falleció afectada de COVID-19 sor Magdalena Valdez.
Valdez fue educadora y fundadora del Colegio del Carmen, hoy Politécnico Padre Zegrí, en Bella Vista de Santiago.
Con más de 90 años de edad, la religiosa frecuentaba el Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey, para servir a la población de internos.
La periodista Johanna Benoit, quien es parte del patronato de ayuda a ese recinto carcelario, resaltó que la hermana de las Mercedarias de la Caridad se destacó por las atenciones a las necesidades materiales y espirituales de los internos. Recordó que los propios reos la llamaban «madre de los presos».
Apolinar Ramos, director del periódico Camino, de la Iglesia católica, declaró que sor Magdalena inspiraba generosidad. Resaltó la labor pastoral que desarrolló durante 40 años entre las personas privadas de libertad.
“Con sus 90 y tantos años ella cogía su carro de concho para ir a Rafey a orientar a los internos. Daba gusto ver el cariño que la población carcelaria le expresaba en el recinto”, señaló Ramos.
Además, resaltó de sor Magdalena que, en sus 70 años de vida religiosa, también trabajó con parecientes de lepra. “Una acción que poca gente hace”, subrayó.
El deceso de sor Magdalena Valdez se produjo a los 99 años y el del padre Ramón Alejo Cruz a los 68.