Pese al covid, las orquestas continúan haciendo vibrar al público en EEUU
Numerosas orquestas profesionales de Estados Unidos reanudaron sus presentaciones presenciales en los últimos meses, en medio de una montaña de medidas de seguridad por el covid y buscando recuperar audiencias que dudan en regresar a las salas de conciertos.
A principios de 2020, la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington (NSO) tenía prevista su primera gira internacional con el director Gianandrea Noseda, así como un ciclo dedicado a Beethoven por el 250 aniversario del legendario compositor.
Pero la pandemia le impidió presentarse en el prestigioso Kennedy Center durante 18 meses y el ciclo de Beethoven tuvo que ser reprogramado, comenzando finalmente este mes de enero y hasta… 2023.
«Fue un verdadero desafío», admite Noseda a la AFP tras una tarde de ensayos.
La NSO alternó entre conciertos virtuales, espectáculos con pequeños grupos, mamparas de plexiglás entre los músicos antes del regreso a cierta normalidad para la temporada 2021-2022, explica el director italiano, que no pudo viajar a Washington durante un año debido a la epidemia.
«La alternativa hubiera sido no dar ningún concierto», subraya. Para el maestro de 57 años ahora hay un sentimiento de gratitud «perceptible» entre los músicos y el público.
«Estoy aprovechando al máximo el momento», dice. «Es un regalo que uno recibe».
Vacuna, pruebas y flexibilidad
¿Cómo garantizar la seguridad de decenas de músicos que tocan juntos en el escenario en ensayo o en concierto, cuando algunos de ellos, en particular los instrumentistas de viento, no pueden usar mascarillas?
Si desaparecieron las mamparas de plexiglás, todos los músicos que pueden tocar con barbijos deben llevarlo, y las reglas son estrictas.
«Es un mundo nuevo para todos nosotros», dice Gary Ginstling, director de la NSO. Los responsables de la dirección tuvieron que convertirse en un «equipo médico», realizando pruebas todas las semanas, añade. Con muy pocos resultados positivos entre la orquesta hasta el momento.
Pero en Texas, la Orquesta Sinfónica de Dallas (DSO) tuvo que cancelar dos conciertos y acortar otros dos este mes porque no pudo reemplazar a los músicos enfermos.
La variante «ómicron ha demostrado ser particularmente complicada porque es muy contagiosa y generalizada», señaló el presidente de la DSO, Kim Noltemy, en un comunicado enviado a la AFP.
«Una vez que hubo una vacuna y la gente pudo vacunarse, me sentí seguro», dice Jamie Roberts, de 37 años, que toca el oboe en la NSO de Washington, por lo que no puede actuar con mascariilla.
Está emocionada de volver a los escenarios, aunque participó en el desarrollo del programa de conciertos virtuales llamado «NSO en casa».
Varios conjuntos clásicos de Estados Unidos lanzaron iniciativas online similares para mantenerse en contacto con el público, «el futuro del sector» según Jim Roe, presidente de la St Luke’s Orchestra de Nueva York.
¿Aceptarán los estadounidenses usar una mascarilla para asistir a conciertos mientras la variante ómicron continúa expandiéndose?
Directivos de la Orquesta Sinfónica de Chicago temían que las ventas pudieran caer en picada debido al aumento de los casos, pero el 80% de las entradas para los conciertos de enero se agotaron.
Mientras ciudades como Nueva York y Washington se exige vacunación y el uso de mascarilla en las salas de espectáculos, la Orquesta Sinfónica de Dallas enfrenta los decretos del gobernador republicano Greg Abbott, que prohíben tales requisitos.
El DSO pide al público que use barbijo, explicando que tiene el «deber» de garantizar la seguridad de los espectadores, incluso si corre el riesgo de una multa, señala Kim Noltemy.
La institución también ofrece pruebas rápidas gratuitas en el sitio para quienes no tienen comprobante de vacunación.
¿Qué futuro?
¿Cómo será el futuro? ¿Podrán viajar las orquestas este año? Y si no, ¿cuáles serán las consecuencias en materia de programación?
En Chicago, el reconocido director de orquesta Riccardo Muti planeó una serie de conciertos por la ciudad, algunos de los cuales serán gratuitos.
En Washington, Gary Ginstling reconoce que los próximos viajes son inciertos.
Las giras están en discusión, pero el riesgo está presente. «En este momento, hay muchas más preguntas que respuestas», dice.
Jamie Roberts, la oboísta, cuenta que está disfrutando el momento y feliz de reunirse con sus colegas. «Nos extrañamos, es una familia», sostiene.