El Gobierno de Colombia levanta suspicacias al fijar el día sin IVA en víspera de las elecciones
En el inicio de la campaña para sucederlo que ya comienza a despegar, el presidente de Colombia, Iván Duque, que aún lidia con los estragos de la pandemia, ha convertido la reactivación económica en un mantra. De momento, ni siquiera la avalancha de casos provocada por la llegada de la variante ómicron le ha restado impulso. El mandatario busca enmarcar en ese esfuerzo la primera de las tres jornadas anuales sin el IVA que ha convertido en una bandera de su Gobierno, a pesar de que la figura ha estado rodeada de controversia y cuestionamientos. Sin embargo, el anuncio de la fecha ha dejado un sabor de aprovechamiento político en medio de la delicada coyuntura electoral.
El propio Duque reveló el fin de semana que el próximo día sin IVA será el 11 de marzo. El mes contrasta con los escogidos en 2021, cuando se realizaron el 28 de octubre, el 19 de noviembre y el 3 de diciembre, con ventas cercanas a los 30 billones de pesos –más de 7.500 millones de dólares–, de acuerdo con el Ministerio de Industria y Comercio. “El día sin IVA nos ha ayudado a contener la inflación, a liquidar inventarios, y a dinamizar el comercio. En los últimos dos años hemos concentrado los días sin IVA a finales o a mitad del año. Este año tendremos el primer día sin IVA en los primeros días de marzo”, se reafirmó Duque el domingo en una extensa entrevista con el diario económico Portafolio, en la que defendió que el suyo “ha sido el gobierno más pro empresa que haya tenido Colombia”. La primera jornada de este 2022, ha subrayado el mandatario, apunta a contener efectos inflacionarios en el primer trimestre.
Aunque la polémica que ha rodeado esa idea ha tendido a aplacarse de a poco con el tiempo, la fecha escogida levanta suspicacias. Es el viernes inmediatamente anterior a las elecciones legislativas del domingo 13 de marzo, en las que los colombianos elegirán a los congresistas y también votarán en las consultas interpartidistas para escoger a los candidatos presidenciales de tres grandes coaliciones.
Como en las anteriores ocasiones, el gremio de los comerciantes –tradicionalmente cercano al Centro Democrático, el partido de Gobierno fundado por el expresidente Álvaro Uribe– no tardó en respaldar el anuncio. Sin embargo, la mayoría de los expertos señala que esas jornadas, si bien representan un alivio para los comerciantes, tienen un escaso impacto para mejorar la actividad económica, el fisco sacrifica miles de millones de pesos en recaudo y la evidencia apunta a que el nivel de consumo de los hogares no se modifica sustancialmente: los consumidores tienden a anticipar o acomodar compras que habrían hecho en otros días del año.
La figura de los días sin IVA elimina el impuesto al valor agregado durante tres jornadas en un año en productos como electrodomésticos, ropa o computadores. La Administración Duque la comenzó a aplicar por decreto en 2020, cuando ya había irrumpido la pandemia. Además de las acaloradas discusiones sobre su conveniencia entre economistas, técnicos o expertos, los reparos se multiplicaron tras el inoportuno primer día sin IVA en junio de ese año, cuando el país atravesaba un primer momento de la crisis sanitaria. Mientras todavía estaban en vigor las estrictas medidas de distanciamiento social ante las primeras oleadas de contagios, esas normas contrastaron con las caóticas postales de aglomeraciones en tiendas y centros comerciales que inundaron las redes sociales y encendieron los reproches al Ejecutivo. Aunque diluyó la responsabilidad de las autoridades, Duque reconoció en su momento que hubo cosas que “salieron mal”.
Más adelante, los días sin IVA quedaron legalmente incorporados como parte de la traumática reforma tributaria de mínimos que el Ejecutivo logró sacar adelante el año pasado después de que un ambicioso y fallido primer intento –que ampliaba los productos gravados con IVA– detonó una oleada de protestas contra el Gobierno de ondas repercusiones. El presidente Duque, en el ocaso de un mandato caracterizado por bajos índices de popularidad, ha llegado a culpar del estallido social al izquierdista Gustavo Petro, que encabeza todas las encuestas presidenciales.
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“Los días sin IVA son una medida de carácter electoral y mediático más que una política económica orientada a resolver los grandes problemas tributarios que tiene el país”, valora el doctor en economía Luis Carlos Reyes, director del Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana. Atraen publicidad y son llamativos, pero complican innecesariamente el sistema tributario sin ningún beneficio importante como resultado, explica al señalar las contradicciones de las políticas públicas del Gobierno. Lo que llevó a los manifestantes a las calles fue intentar gravar con IVA, los 365 días del año, productos de la canasta familiar que sí golpean el bolsillo de los consumidores, apunta. “Es curioso que un presidente cuya popularidad se derrumbó con dos reformas tributarias que trataban de ponerle IVA a productos básicos para los consumidores colombianos busque que su legado para estas elecciones sea anunciar unos cuantos días de precios bajos para ver si a la gente se le olvida”, concluye.
“Este día sin IVA parece ser netamente electoral, no le encuentro otra explicación”, apunta por su parte Sergio Guzmán, analista político y director de la consultora Colombia Risk Analysis, sobre una medida que califica como populismo económico carente de sentido desde el punto de vista fiscal. Señala que al momento de fijar la fecha, “el presidente tiene una facultad que está dispuesto a utilizar en beneficio de su corriente política”, que atraviesa sus horas más bajas en las encuestas. “El objetivo de Duque ya no parece ser reactivar la economía sino a todas luces evitar que Gustavo Petro tenga una ventaja”, agrega al advertir que esa actitud abre la puerta para que el próximo Gobierno también haga política con el recaudo.
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