¿“Piedras” en los riñones?
La nefrolitiasis, también conocida como litiasis renal ó “piedras” en los riñones (traducción en inglés ‘kidney stones’), es la presencia de cálculos (piedras) o litos en el riñón secundario a la ruptura del balance entre la solubilidad y precipitaciones de sales en el tracto urinario y en el riñón (Han Haewook y cols., 2015).
Los cálculos renales pueden ser de varios tipos, los de oxalato de calcio en un 70-80% son los más frecuentes, seguidos por los de fosfato de calcio. Podrían también formarse de ácido úrico, estruvita y cistina con menor frecuencia. Son recurrentes, se sugiere que aproximadamente en un rango de 30% a 50% de los pacientes que han tenido algún cálculo renal, pueden volver a producirlo en un periodo de 5 años (Borghi L, 1999).
¿Cuáles son los síntomas?
Si los cálculos no obstruyen las vías urinarias podrían pasar inadvertidos, la hematuria (sangre en la orina) visible o no, suele ser la única manifestación. Sin embargo, podrían producir síntomas como dolor severo, usualmente acompañado de náuseas, vómitos, urgencia y frecuencia al orinar.
¿Cuáles factores nutricionales podrían predisponernos a la producción de cálculos renales?
– Una ingesta excesiva de sal, aumenta la secreción urinaria de calcio.
– Algunos estudios sugieren que una dieta alta en oxalato (espinacas, remolacha, cítricos) tiene poco efecto en el oxalato en orina, peros dosis altas de suplementos de vitamina C (más de 1000mg por día), aumentarán el nivel de oxalato urinario.
– Dietas altas en proteínas, aumentan el calcio y ácido úrico en orina así como disminuyen el pH en la orina.
– Pobre ingesta de agua o líquidos. La orina puede saturarse con solutos como el calcio, oxalato, fosforo y ácido úrico por el bajo volumen o deshidratación.
Actualmente se estimula una alimentación saludable rica en oxalatos por el aporte de fibra, vitaminas, minerales, lo que deberá individualizarse en pacientes con historia clínica o mayor riesgo de formación de cálculos renales y así evitar riesgos o confusiones. Se identifican como alimentos altos en oxalato las frambuesas, higos y ciruelas; vegetales como la espinaca y la remolacha; y la mayoría de las nueces, té, salvado de trigo y chocolate.
¿Recomendaciones?
Lo principal es aumentar la ingesta de líquidos, preferiblemente agua. Se sugiere una ingesta diaria de al menos 2.5 litros por día a todo el que haya tenido alguna formación de cálculo renal, siendo esta recomendación modificable dependiendo de la edad, condición clínica y de la temperatura en la que permanece más tiempo el paciente.
Un estudio sugirió que consumir jugos de manzana, toronja, cola y algunas bebidas energéticas, podría elevar el contenido urinario de oxalato y fructosa, aumentando el riesgo (Goodman JW, 2009).
Antes de realizar algún cambio en su alimentación, investigue el origen de la formación de estos cálculos para realizar ajustes nutricionales apropiados.