La cuna de Chávez repite las elecciones tras la anulación de la victoria opositora
Más de 25.000 soldados venezolanos se han desplegado este domingo en el Estado Barinas, plaza fuerte de la familia del fallecido presidente Hugo Chávez, para custodiar los comicios en los que será elegido el próximo gobernador. Es la repetición de los comicios, celebrados en noviembre y que ganó la oposición. El Tribunal Supremo anuló la victoria de Freddy Superlano, el candidato opositor que por primera vez en 20 años conquistó el feudo de los Chávez.
A diferencia de los comicios regionales del 21 de noviembre, en esta nueva elección las mesas electorales han sido instaladas a tiempo y la participación ha aumentado, según informó la opositora Mesa de Unidad Democrática en una conferencia de prensa. La MUD respalda al candidato Sergio Garrido, inscrito para concurrir ante la inhabilitación de Superlano luego de su triunfo. El candidato chavista es en esta ocasión Jorge Arreaza, excanciller y ministro, muy cercano a Maduro y quien estuvo casado con una de las hijas de Hugo Chávez.
El número de electores que había votado para el mediodía de este domingo doblaba el registrado a la misma hora en los comicios originales. “Se está llegando a un 40% de participación en la mitad de la jornada, doblando el nivel de noviembre pasado. Esto habla de una disposición cívica de los barineses de hacer respetar su voluntad, es un pase de factura de los electores que se sintieron estafados cuando no se proclamó a Freddy Superlano como gobernador”, dijo Simón Martínez, del comando de la campaña opositora.
La nueva votación en esta región llanera a 500 kilómetros de Caracas se ha convertido en asunto nacional. Pese al ambiente militarizado y el derroche de recursos del Gobierno para ganar a toda costa en esta segunda oportunidad, la oposición ha retado al chavismo.
El derrotado en noviembre fue Argenis Chávez, hermano del expresidente y parte de la dinastía que ha gobernado este Estado por dos décadas. Chávez optaba a la relección y renunció al cargo luego de que el Supremo suspendiera el recuento de los votos y ordenara repetir los comicios. También declinó a ser candidato.
El Gobierno de Nicolás Maduro puso sobre él todas las responsabilidades de una derrota que tiene una lectura nacional, pues expresa el nivel de rechazo que existe en Venezuela al chavismo y a Maduro, con menos de15% de aprobación y un cada vez más reducido caudal de votos.
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Por Barinas, como un símbolo político, el chavismo ha decidido echar por la borda los pequeños avances logrados durante el año pasado en las negociaciones con la oposición para encontrar una salida a la larga crisis política venezolana.
En los comicios de noviembre se logró la presencia de una misión de observación electoral de la Unión Europea, algo que no ocurría desde hace 15 años, aunque esta fue expulsada tras presentar un informe preliminar del proceso electoral en el que denunciaron varias irregularidades. Esta fue una de las concesiones dadas por Maduro para que sus adversarios aceptaran concurrir de nuevo a unos comicios, luego de mantenerse en la abstención como un boicot en los últimos años.
Para la oposición, la elección en Barinas también se ha convertido en un objetivo común, en medio divergencias en la plataforma de apoyos al liderazgo de Juan Guaidó. Dirigentes nacionales de distintos partidos opositores se han sumado a la campaña de Barroso, el candidato en Barinas, que asegura haber desplegado representantes en todas las mesas y estar preparado para salir victorioso en este proceso pese a las condiciones adversas.
Los colegios electorales cierran a las seis de la tarde y los resultados podrían conocerse entrada la noche, al igual que los efectos de la maniobra del chavismo de repetir los comicios para ganar como sea.
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