En la cuarta ola o camino a una quinta
Después de que diversas instituciones y especialistas martillaron tanto a las autoridades sanitarias que estábamos frente a un nuevo brote del coronavirus y que vivíamos en la antesala o ya en una cuarta ola de incremento del virus, el Ministerio de Salud Pública, a regañadientes, admitió el pasado miércoles que el hecho denunciado era ya una amarga realidad en el país.
La negación de la cuarta ola ya era insostenible para el área oficial de la salud, debido al aumento de nuevos casos, el incremento de ocupación de las unidades de cuidados intensivos y el aumento de la positividad diaria. Con un cuadro así era imposible seguir desmintiendo o ignorar lo que estaba a la vista de todos.
La situación ha generado preocupación en la población y en las sociedades médicas especializadas que claman, y no en el desierto, por nuevas acciones para frenar los contagios. Quienes han sonado la alarma no han descartado que se vuelva a cerrar el país y se decrete de nuevo el confinamiento, y el cese de la presencialidad en las escuelas.
A muchos entendidos les asalta el temor de que cuando se quieran tomar medidas ya sea muy tarde y creen que no solo estamos en la cuarta ola, sino en camino a una quinta.