El G-20 promete esfuerzos para contener el calentamiento a 1,5 grados pero sin compromisos concretos
Los jefes de Estado o de Gobierno del grupo del G-20, que engloban el 80% del producto interior bruto del planeta, han alcanzado este domingo en Roma un principio de acuerdo sobre las conclusiones finales de la cumbre. En la cuestión del cambio climático, la más candente, los líderes prometen que sus países se esforzarán para contener el calentamiento global a 1,5 grados por encima del nivel preindustrial, una declaración de intenciones que no viene acompañada por importantes compromisos concretos. Lo pactado constata que “el impacto del cambio climático con 1,5 grados es mucho menor que con 2. Mantener viable el objetivo del 1,5 requerirá compromisos y acciones significativas y eficaces por parte de todos los países”, señala el comunicado final.
El documento también contiene una promesa de acelerar los esfuerzos para eliminar y racionalizar subsidios a combustibles fósiles; contempla un compromiso de no financiar los tipos más contaminantes de centrales de carbón en el exterior; reafirma la “importancia” de cumplir con el acuerdo para movilizar unos 100.000 millones de dólares anuales para los países más vulnerables y acelerar la transferencia de tecnología a esos países para facilitar su transición ecológica; y señala el objetivo de alcanzar la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero antes o alrededor de mediados de siglo.
Las potencias presentes en la cumbre encarnan dos bloques -economías desarrolladas y emergentes- que abordan la lucha al cambio climático con miradas muy diferentes. En el segundo bloque, China e India se resisten a dar pasos consistentes, alegando entre otras cosas que el deterioro actual de la situación es en gran medida responsabilidad de los países del primero.
La cumbre del G-20 funciona como prolegómeno de la COP-26, que empieza hoy mismo en Glasgow. Las conclusiones de la cumbre en Roma, su letra pequeña, son esperadas como un mensaje político de las economías más importantes del mundo que marcará el tono inicial de la negociación medioambiental en Escocia. Ese será el foro para intentar definir detalles y compromisos en el futuro de la lucha global contra el cambio climático.
Mario Draghi, primer ministro italiano y anfitrión de la cita, advirtió en la ponencia que inauguró la jornada que “la guerra contra el cambio climático es el desafío que definirá esta era”. “Debemos actuar ahora, afrontar el coste de la transición y lograr cambiar nuestro modelo económico en uno más sostenible. Si nos retrasamos, pagaremos un precio mucho más alto y nos arriesgamos a fracasar”.
La segunda jornada de la cumbre también sirvió para celebrar nuevas reuniones bilaterales, como la que dio cita al presidente francés, Emmanuel Macron, y al primer ministro británico, Boris Johnson. En medio del conflicto por la pesca, el líder galo respondió a las amenazas de su homólogo y pidió que se respeten las reglas internacionales. Un asesor de Macron, según publicó Reuters, señaló que “el objetivo de ambos era rebajar” la tensión y el conflicto de los últimos días. El mismo asesor aseguró que Macron esperaba ahora “seriedad” y “respeto” después de días de amenazas. Fuentes británicas dieron una versión diferente del encuentro, apuntando a que Londres espera que París dé el primer paso de una desescalada.
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Por otra parte, el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, se reunió con su homólogo chino, Wang Yi, y trataron la creciente escalada de tensiones entre Pekín y Taiwán. Durante un encuentro que duró alrededor de una hora y media, Blinken expresó con “claridad cristalina”, según publicó Reuters, que Washington se opone a cualquier cambio unilateral en el statu quo de las relaciones entre ambos países asiáticos. Un gesto que esperaba desde hacía días el Gobierno de Taiwán.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von de Leyen, comparecieron conjuntamente para informar del acuerdo alcanzado entre Washington y Bruselas para desactivar la guerra arancelaria en materia de acero y aluminio desatada por la Administración Trump.
Para esta tarde está prevista también una reunión específica de algunos de los líderes presentes en la cumbre sobre la cuestión de los fallos en las cadenas de suministro globales. Washington promueve un intento de cooperación en esta materia, y busca por otra parte incrementar la presión sobre los productores de gas y crudo para que aumenten su producción y alivien así la tensión en los precios.
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