«A puerta cerrada», tres personas retorcidas tienen una cita en el «infierno»
«El infierno son los otros». Con esta frase se quedaron los espectadores luego de presenciar la pieza teatral “A puerta cerrada», que se estrenó el jueves con el debido protocolo sanitario en la Sala Ravelo del Teatro Nacional.
La obra original del escritor, filósofo, novelista, dramaturgo y activista político francés, Jean-Paul Sartre (1905-1980) fue presentada bajo la dirección de Carlos Espinal, director artístico del Teatro Nacional y allí asumieron roles estelares José Lora (Checho), Patricia Ascuasiati, Sabrina Gómez y Ana Rivas.
La trama
Ana Rivas, Sabrina Gómez, José Lora (Checho) en una de las escenas de la obra. Foto: Suministrada
En una habitación sin ventanas, con luz tenue y solo tres muebles de los colores rojo, azul y verde, fueron encerrados por El camarero (Patricia Ascuasiati) dos mujeres y un hombre: Inés (Sabrina Gómez), una secretaria de correos con risa despiadada; Estelle (Ana Rivas), una mujer de la alta sociedad francesa que hizo todo para guardar las apariencias, incluso matar a su bebé y Garcin, un vulnerable activista político que añoraba ser reconocido como un “hombre de valor”.
En vida hicieron maldades. Todos están muertos y llegaron al infierno. Poco a poco se van dando cuenta que ya están “atrapados”.
Allí la función va in crescendo en tensión, manías, pensamientos retorcidos y secretos ocultos, que poco a poco se van revelando ya que, en la pequeña habitación deben luchar contra sus peores enemigos: ellos y los otros.
Tomando en cuenta que el autor original era un exponente del existencialismo, cada actor tuvo un ‘solo’ en el que revelaba su pasado y, al mismo tiempo, miraban hacia la tierra lo que habían dejado, lo que odiaban y extrañaban.
“El infierno somos nosotros”, repitió Inés en la piel de Sabrina Gómez. Cada uno intenta crear empatía con el otro para buscar la manera de salvarse.
Aunque al principio, la audiencia que vio el estreno en la Ravelo se preguntaba quién sería el torturador del infierno son sus actos los que terminan torturándolos emocionalmente.
Ana Rivas, que encarna a Estelle y José Lora (Checho) en la piel de Garcin muestran para lo que pueden dar sus personajes. Foto: Suministrada
La vanidad fue representada de forma puntual por Estelle (Ana Rivas) en momentos como la búsqueda del espejo, el maquillaje, sentarse en un mueble que combine con su vestuario o sentirse admirada y deseada por un indiferente José Lora (Checho) en la piel de Garcin, cuya obsesión al tocarse las manos y la ansiedad hicieron su personaje bastante creíble. Ambos mostraron para lo que pueden dar sus personajes.
Inés (Sabrina Gómez), una mujer lesbiana, que mezcla el sarcasmo, la ironía y la burla, hace a los demás llegar al límite de la locura.
Sabrina Gómez encarna a Inés, una mujer lesbiana, que mezcla el sarcasmo, la ironía y la burla. Foto: Suministrada
La larga obra teatral (dos horas de duración), puede perder el ritmo por momentos, pero al final sumerge a la audiencia a un viaje por la psiquis.
Algo distintivo fue la escenografía minimalista destacando una estatua que en el fondo los vigila.
La pieza teatral estrenada en París, en mayo de 1944, contó con la dirección musical del maestro Dante Cucurullo, quien puso la melodía del terror requerida para simular un viaje al ‘más allá’.
Cucurullo se acompañó de dos jóvenes músicos de la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional con sendos instrumentos de viento. Ellos fueron Daniel Hernández Gracia en el trombón y Juan Junior García en la tuba.
A puerta cerrada, en francés Huis Clos, es una obra existencialista que subió a escena en el Teatro del Vieux-Colombier, justo antes de la liberación de la ciudad de París durante la Segunda Guerra Mundial. La obra contiene la cita más famosa de Sartre: El infierno son los otros”, comentó a DL el veterano actor y director.
El también director general y artístico del Teatro Nacional expresó agradecimiento a la embajada de Francia en República Dominicana, así como a la Fundación Amigos del Teatro Nacional, al Ministerio de Cultura y al Banco Central por su patrocinio.
Al final de la pieza, los organizadores subieron a escena y recibieron aplausos de pie e invitaron a otros a disfrutar de las funciones.
-
La trama mantiene en vilo a los espectadores por los conflictos de los personajes. Foto: Suministrada
-
El personaje de Sabrina Gómez hace a los demás llegar al límite de la locura. Foto: Suministrada
-
La veterana actriz Patricia Ascuasiati les da la bienvenida al «infierno» a los tres actores en escena.
-
Carlos Espinal, director del Teatro Nacional, agradeció la recepción de la pieza. Foto: Suministrada
-
El maestro Dante Cucurullo puso la nota tenebrosa mientras tocaba el piano. Foto: Suministrada