Donald Trump vuelve al muro fronterizo para cargar contra Joe Biden por la crisis migratoria
Uno vuelve siempre a los sitios donde amó la vida, cantaba Chavela Vargas. El expresidente Donald Trump ha visitado este miércoles el muro fronterizo en Texas para quejarse de cómo el Gobierno del demócrata Joe Biden ha desintegrado las políticas migratorias que impulsó en cuatro años de Administración. “¿Realmente quieren fronteras abiertas o son incompetentes?”, ha preguntado el expresidente esta mañana, cuando Estados Unidos va en camino de registrar los números más altos de inmigración ilegal en 20 años. “Nosotros hicimos de la frontera uno de los sitios más seguros… fue la frontera más segura que ha visto este país”, añadió Trump en la ciudad de Weslaco durante una reunión con alguaciles de los condados en la frontera y con el gobernador del Estado, el republicano Greg Abbott, quien prometió recientemente aportar 250 millones de dólares de dinero público para continuar la construcción de la simbólica barrera.
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“Todo lo que Biden tenía que hacer es irse a la playa. Si no hubiese hecho nada tendríamos la frontera más segura vista nunca, estaba mejorando y mejorando”, bromeó Trump frente a uno de los trozos de la muralla que fueron levantados en su Administración en el condado de Hidalgo. “Hicimos 500 millas (800 kilómetros) a pesar de dos años y medio de litigios”, señaló el exmandatario, quien afirmó que la polémica obra hubiese sido terminada “y hasta pintada” de no haber tenido tanta oposición por parte de demócratas como Nancy Pelosi.
Es la primera visita que hace Trump desde que dejó la Casa Blanca el 20 de enero pasado. El lugar elegido por el exmandatario fue el condado de Hidalgo. Es la misma zona en la frontera que visitó por última vez como presidente. Hoy lo hace en una situación muy distinta, censurado por las redes sociales tras el asalto al Capitolio del 6 de enero y con problemas judiciales pisándole los talones. La fiscalía de Nueva York presentará este jueves cargos en un caso penal de fraude contra su compañía y su jefe financiero, Allen Weisselberg.
Con el retorno de Trump a la frontera también volvieron las afirmaciones dudosas de los tiempos de la posverdad. El expresidente aseguró que su política de seguridad “paró el tráfico de personas, sobre todo de mujeres” y el contrabando de drogas “disminuyó entre el 78% y hasta el 90% en algunos casos”. “El fentanilo, es verdad, cayó hasta casi nada… supongo que porque éramos duros”, afirmó el expresidente a pesar de que el tráfico de este opioide sintético era una de las grandes preocupaciones para su Administración hasta enero de 2020, semanas antes de que la crisis del coronavirus le estallara.
En su reaparición, el republicano también habló de las elecciones de noviembre de 2020 que lo echaron de la Casa Blanca, unos comicios considerados fraudulentos por las bases del partido. “Tuvimos 12 millones de votos más en esta elección que en 2016… pero el conteo de los votos fue mejor para ellos (los demócratas)… Debemos mejorar nuestras elecciones porque si no tendremos una república bananera, un país tercermundista porque nuestras elecciones son un desastre″, aseguró el expresidente, rodeado de hombres blancos en su mayoría. Una encuesta reciente señala que una tercera parte de los republicanos cree que Trump será reinstaurado en la presidencia durante la presente Administración, un proceso que es imposible para las instituciones.
La visita de Trump se ha dado cinco días después de que la vicepresidenta Kamala Harris, encargada por Biden de la gestión de la crisis migratoria, hiciera su primer viaje a la frontera con México desde el inicio del Gobierno. Este era un reclamo hecho por los sectores conservadores, quienes consideran desatendida la situación de la inmigración ilegal. La agencia Reuters informó hace algunos días, citando a autoridades del Departamento de Seguridad Interior, de que la patrulla fronteriza ha hecho más de un millón de detenciones de inmigrantes ilegales desde octubre de 2020, el inicio del año fiscal 2021. De seguir este ritmo y aún con tres meses por delante, este año se convertirá en el que más detenciones se han hecho desde el 2000, cuando fueron arrestadas 1.7 millones de personas. Las autoridades aún deben publicar las cifras oficiales de junio. Mayo registró números históricos con 180.000 detenciones en la línea.
La mayoría de las detenciones se hicieron en la zona de Del Río, la región visitada por Trump este miércoles y evitada por Harris, quien prefirió El Paso, un sector demócrata en el muy republicano Estado. El máximo mensual de detenciones ilegales registradas en el Gobierno de Trump fue de 150.000 personas. El gobernador Abbott es uno de los más críticos a la gestión de Biden. “La gente en la frontera está viendo su vida alterada, ranchos invadidos, casas perdidas… esta es la peor situación que hemos visto nunca”, ha dicho Abbott.
Las voces demócratas de la entidad, aunque minoritarias, han sido muy duras con Trump. “El muro que Abbott y Trump intentan que sea pagado por los tejanos no solo es un desperdicio de dinero arduamente ganado. También es un símbolo antiamericano de odio que separa e intimida a nuestras comunidades”, dijo el congresista local Filemón Vela, quien hace algunos años ganó notoriedad pidiendo a Trump “meterse su muro por el trasero”.
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