La Fiscalía pide 30 años de cárcel para Derek Chauvin por el asesinato de George Floyd
La Fiscalía que actuó como acusación en el caso de George Floyd ha solicitado este miércoles al juez que condene a 30 años de cárcel a Derek Chauvin, el exagente de policía de Minneapolis que en abril fue encontrado culpable de provocar la muerte del afroamericano tras inmovilizarlo con su rodilla durante más de nueve minutos. En opinión de la Fiscalía, existen cuatro factores agravantes para solicitar esa condena.
Según un escrito de seis páginas que aporta la opinión del juez Peter Cahill, los fiscales habían probado que Chauvin abusó de su posición de autoridad. El exoficial trató a Floyd con especial crueldad, actuó conchabado con al menos otras tres personas y cometió su crimen en presencia de menores, según ha informado la cadena de televisión NBC.
El pasado mes de abril, Chauvin fue hallado culpable de los tres delitos que se le imputaban ―homicidio imprudente, asesinato en segundo grado (implica intención en el instante, pero no premeditación) y asesinato en tercer grado (causar la muerte al actuar de forma peligrosa y sin cuidado por la vida humana)― en un proceso de calado histórico, considerado un punto de inflexión en la batalla contra la brutalidad policial.
La Fiscalía de Minneapolis considera que, cuando se lea la sentencia a Chauvin el próximo día 25, “el tribunal debería tener en cuenta todos los factores agravantes” antes mencionados para imponer una sentencia en años hasta dos veces mayor de la que se considera adecuada para esos delitos.
El fallo permite al juez Cahill condenar a Chauvin a más de 15 años de cárcel, la máxima pena por asesinato en segundo grado, por lo que los fiscales han resaltado que “el tribunal debe dar el siguiente paso y ratificar cada uno de esos factores agravantes” para imponer la mayor condena posible. El abogado defensor de Chauvin presentó una moción para solicitar un nuevo juicio. El letrado alega que su representado no tuvo un proceso justo, pues el jurado, según su argumento, no actuó de forma libre e imparcial, sino que se sintió presionado y amenazado por la atención pública.
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