La OTAN advierte a Rusia: “Hay que respetar la integridad territorial de Bielorrusia”
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha indicado este lunes durante una entrevista con EL PAÍS y un grupo de medios europeos que Rusia “debe respetar la integridad territorial y la soberanía de Bielorrusia” y ha advertido al presidente ruso, Vladímir Putin, de que “aprovechar la situación política para interferir aún más en Bielorrusia sería inaceptable”. Stoltenberg preside este martes una reunión por videoconferencia de los ministros de Exteriores y de Defensa de la OTAN destinada, en principio, a preparar la cumbre del próximo 14 de junio en Bruselas, la primera con presencia de Joe Biden como presidente de EE UU. Pero la creciente tensión en la frontera oriental de la Alianza Atlántica, sobre todo, tras el aterrizaje forzado de un avión de Ryanair en Minsk para detener a un disidente bielorruso que viajaba a bordo, ha obligado a Stoltenberg a incluir Bielorrusia y Rusia entre los temas más urgentes de la agenda.
Stoltenberg se declara durante la entrevista por videoconferencia “constantemente preocupado” por la situación en Bielorrusia y en los vecinos orientales de la Alianza. En particular, “por la falta de respeto de Rusia por la integridad territorial de sus países vecinos”. El secretario general de la OTAN enumera las injerencias de Moscú “en Moldavia, donde vemos tropas rusas en contra del deseo del Gobierno de ese país; en Georgia y, por supuesto, en Ucrania”.
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La inquietud se extiende ahora al futuro de Bielorrusia como país viable e independiente, sobre todo, después de que el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, haya roto todos los puentes con Occidente por la represión de los opositores y el secuestro de Estado de un avión comercial europeo. “Lukashenko es un dictador, que manipula las elecciones y ataca a manifestantes pacíficos”, zanja Stoltenberg.
La OTAN teme que el aislamiento internacional del régimen bielorruso brinde la oportunidad a Moscú de hacerse con el control del país vecino. Un temor que también fue planteado durante la cumbre de la UE del 24 de mayo, en una reunión a puerta cerrada en la que varios líderes comunitarios alertaron del riesgo de que Rusia se anexione Bielorrusia como hizo con Crimea en 2014.
“Vemos que el régimen de Lukashenko colabora cada vez de manera más estrecha con Rusia y que es más y más dependiente de ellos [los rusos]”, señala Stoltenberg. El líder de la OTAN pide que “tanto Rusia como el régimen [de Lukashenko] respeten la voluntad del pueblo bielorruso”. El presidente bielorruso se proclamó vencedor de las elecciones de agosto del año pasado por un amplísimo margen, pero la comunidad internacional las considera fraudulentas y se niega a reconocer el resultado. La líder de la oposición, Svetlana Tijanóvskaya, reclamó sin éxito su victoria y se refugió en Lituania ante el riesgo de ser detenida y encarcelada.
El presunto pucherazo electoral acabó con la reconciliación en marcha entre Lukashenko y la Unión Europea, un acercamiento que el líder bielorruso buscó como vía para protegerse de Putin. La ruptura con Bruselas ha dejado al calificado como “último dictador de Europa” en manos de un Kremlin que busca recuperar parte del territorio perdido tras la disolución de la URSS en 1991.
A la dependencia económica de Moscú, se añade la participación de Bielorrusia en alguna de las grandes maniobras militares que Rusia (como antes la URSS) organiza periódicamente. Este año, en concreto, ambos países llevarán a cabo en septiembre las maniobras Zapad, una operación que se realizó por última vez en 2017. El contexto geopolítico del ejercicio estratégico dispara las alarmas en Bruselas.
“Ya hemos visto en otras ocasiones que Rusia ha utilizado las maniobras militares como la vía camuflada para violar la integridad territorial de otros países”, avisa Stoltenberg. “Vamos a vigilar estrechamente las maniobras Zapad y seguimos también de cerca la reciente y significativa acumulación de medios militares alrededor de Ucrania”, añade el secretario general de la OTAN.
Bruselas y Washington calculan que Rusia movilizó en abril unos 100.000 soldados en torno a las fronteras de Ucrania, el mayor movimiento de tropas rusas desde 2014. Moscú rebajó después su presencia militar pero el dirigente de la OTAN asegura que “Rusia todavía mantiene un alto número de combatientes dentro y alrededor de Ucrania y mucho equipamiento”.
Stoltenberg precisa durante la entrevista que en lo referente a los aliados europeos de la zona, como Polonia y los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), “no tememos ninguna amenaza inminente, entre otras cosas, porque la OTAN está allí presente y hemos demostrado nuestro compromiso con esos países”.