Las aerolíneas europeas reprograman sus vuelos para evitar el espacio aéreo de Bielorrusia
El aterrizaje forzado el pasado domingo del avión de Ryanair que cubría la ruta Atenas-Vilnius bajo la falsa acusación de que había una bomba en su interior y la posterior detención, una vez que la aeronave tomó tierra en el aeropuerto de Minsk, del periodista Roman Protasevich, crítico con el régimen de Aleksandr Lukashenko, está provocando una reprogramación de numerosos vuelos en toda Europa.
La aerolínea de bandera bielorrusa, Belavia, ha cancelado los vuelos que tenía programados con ocho países (Polonia, Holanda, España, Alemania, Bélgica, Italia, Austria y Rusia), según aumentan las sanciones de la Unión Europea y las restricciones aéreas impuestas por distintos países europeos a sus aviones y las recomendaciones a las aerolíneas europeas de no sobrevolar el espacio aéreo de Bielorrusia. Unas restricciones que se han visto acompañadas por la decisión de Rusia, principal aliado y sustento del régimen de Minsk, de anular los vuelos de aquellas aerolíneas que querían reprogramar su ruta para evitar precisamente el espacio aéreo bielorruso.
En concreto, Austrian Airlines ha cancelado este jueves un vuelo entre Moscú y Viena tras no recibir el permiso de las autoridades rusas a volar por una ruta alternativa. Otro vuelo de Air France entre Moscú y París ha sido cancelado este jueves, el segundo después de otra cancelación el miércoles por el mismo motivo. “La reacción rusa es absolutamente incomprensible para nosotros”, ha asegurado en un comunicado el Ministerio de Exteriores austriaco. Sin embargo, otros vuelos tanto de Lufthansa como de Air France han seguido volando sin problemas a otros destinos de Rusia y e incluso uno que cubría la ruta Fráncfort-Moscú fue reprogramado con éxito para evitar sobrevolar Bielorrusia. “Es un problema diplomático europeo que debe tratarse a nivel ministerial”, ha asegurado un portavoz del órgano de la aviación civil francesa.
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Bielorrusia envió un avión de combate el domingo para forzar al avión de Ryanair que sobrevolaba su espacio aéreo con destino a la capital lituana y lo que resultó ser una falsa amenaza de bomba para desviar el vuelo al aeropuerto de Minsk y detener a un bloguero crítico con el régimen, lo que ha suscitado duras condenas de la comunidad internacional por lo que consideran un secuestro bajo el patrocinio de un Estado y un atentado contra los derechos de los pasajeros.
Con anterioridad a la decisión anunciada hoy, Belavia ya había cancelado vuelos con el Reino Unido, la República Checa, Finlandia, Francia, Lituania, Letonia, Suecia y Ucrania. Sin embargo, sus vuelos de este jueves hacia Chipre y Estonia, cruzando el cielo de Italia y Hungría, se han mantenido tal y como estaba previsto, según datos de FlightRadar24.
Mientras, Irlanda ha pedido a la Organización Internacional de Aviación Civil de Naciones Unidas (ICAO, por sus siglas en inglés) que lleve a cabo una investigación imparcial sobre el aterrizaje forzado del avión de Ryanair, dado que la aerolínea de bajo coste tiene su sede en Dublín. El órgano de gobierno de la ICAO se ha reunido este jueves en su sede en Ottawa, pero puede que no publique el comunicado del encuentro hasta este viernes. A la petición se ha sumado Estados Unidos, Polonia, el Reino Unido, Alemamia y Canadá.
“Lo que queremos es una investigación bajo el artículo 55e de la convención del consejo de la ICAO y, hasta donde yo sé, sería la primera investigación de este tipo”, ha asegurado el ministro irlandés de Transporte, Eamon Ryan. El artículo 55e da poderes al consejo de la ICAO el poder para “investigar, a petición de cualquier Estado miembro, cualquier situación que represente un obstáculo para el desarrollo de la aviación civil internacional”. Ryan confió en que el resultado de esa investigación pueda estar concluida para finales de junio”.
El incidente ha provocado además llamamientos a elevar las sanciones contra el régimen de Aleksandr Lukashenko, que gobierna el país desde 1994 y está inmerso en una dura represión contra los medios de comunicación y la oposición. El regulador europeo de la aviación civil aseguró el miércoles que las acciones de Bielorrusia ponían en duda su capacidad de proporcionar una navegación segura por su espacio aéreo y algunas voces piden una investigación similar a la de los accidentes de aviación.