La ONU reclama a Emiratos Árabes una prueba de que la princesa Latifa sigue viva
La ONU ha vuelto a pedir al Gobierno de Emiratos Árabes Unidos (EAU) que les facilite “información significativa” de que la jequesa Latifa Bint Mohamed al Maktum, la hija del emir de Dubái que denunció estar retenida por su padre, sigue con vida. La mujer, que en 2018 trató de huir del país, pero fue interceptada, logró mantener contacto con algunos amigos hasta el año pasado cuando se interrumpió la comunicación. La difusión el pasado febrero de los vídeos que les enviaba reveló el grave impacto psicológico que el encierro le estaba causando.
“Estamos alarmados de que, tras las grabaciones hechas públicas en febrero en las que la jequesa Latifa decía estar privada de libertad contra su deseo, y tras la subsiguiente solicitud oficial de más información sobre su paradero, las autoridades no han facilitado ningún dato concreto”, señalan los expertos de derechos humanos de la ONU en el comunicado difundido en la página web de ese organismo.
Los firmantes son un grupo de expertos independientes designados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, entre ellos miembros del grupo de trabajo para las desapariciones involuntarias o forzadas y la relatora especial sobre la violencia contra las mujeres, sus causas y consecuencias. En su declaración, se muestran preocupados por las posibles violaciones cometidas contra la princesa y el riesgo para su vida. “La declaración emitida por las autoridades de Emiratos indicando que está siendo ‘cuidada en casa’ no es suficiente a estas alturas”, manifiestan.
Por eso solicitan una “prueba de vida y garantías de su bienestar con urgencia”. En su opinión, la continua detención incomunicada de Latifa “puede tener consecuencias físicas y psicológicas nocivas, susceptibles de equivaler a tratos crueles, inhumanos o degradantes”. El grupo pide, además, una “comprobación independiente de las condiciones en las que está detenida y su inmediata liberación”
La princesa, una de la treintena de hijos del jeque Mohamed Bin Rashid al Maktum, se encuentra en paradero desconocido desde que el yate en el que huía de Dubái fue interceptado frente a las costas de Goa por comandos emiratíes apoyados por fuerzas indias. Su caso volvió a la actualidad el pasado febrero cuando un programa de la BBC difundió una serie de vídeos que Latifa, de 35 años, había logrado enviar a varios amigos, entre ellos la finlandesa que la acompañó en su frustrado intento de escapar, Tiina Jauhiainen, a través de un móvil escondido.
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En ellos contaba que permanece aislada en un chalé, sin asistencia médica o de otro tipo, vigilada por dos mujeres policías dentro de la casa y cinco agentes más en el exterior. “Ni siquiera puedo salir a tomar aire fresco”, aseguraba. “Me tienen rehén. No soy libre… mi vida no está en mis manos… Estoy preocupada por mi seguridad”, añadía ante la cámara de su móvil, con aparente calma, pero sin poder ocultar su desasosiego.
Entonces tanto la ONU como el Gobierno británico pidieron a EAU que diera pruebas de que la jequesa estaba viva y se encontraba bien. Sin embargo, más allá de un comunicado emitido por la Embajada emiratí en Londres, no ha habido noticias. Las autoridades emiratíes consideran que se trata de “un asunto de familia” en el que no tienen nada que decir, algo que contrasta con su campaña de promoción de las mujeres. Tampoco se ha hecho eco del tema la prensa local, donde con frecuencia el emir de Dubái aparece acompañado de otra de sus hijas también de nombre Latifa, que preside el Departamento de Cultura del emirato.