Charlie Amarante y la lucha de su familia para sacarlo del alcoholismo
Fueron sepultados los restos del merenguero Charlie Amarante (Chelo) en su natal Moca, provincia Espaillat.
El cantante, que popularizó merengues como “La fosforera”, “Se fue la luz”, “La ley del embudo”, o “Se hunde el barco” en la orquesta del maestro Luis Ovalles murió la noche del domingo en su pueblo.
En un reportaje publicado en el canal de YouTube de República Merengue, en voz del periodista Rafael Martínez, se informó que fue despedido a ritmo de los temas que popularizó en los años 70 y 80, y fue velado en la funeraria municipal.
Fue conducido por la calle Imbert, de Moca, hacia su última morada, en el cementerio municipal. El video muestra a una cantidad de comunitarios y familiares expresando el último adiós.
Su alcoholismo
El intérprete de «La fosforera» padeció por años de alcoholismo pese a los esfuerzos de la familia por rehabilitarlo. Esta enfermedad le impidió seguir desarrollando su carrera como artista y hasta desmejorar su aspecto físico, y por supuesto, su salud.
«Se fue su alma, su cuerpo. Su obra, sus canciones, todo el cariño que Chelo regó en la vida sigue con nosotros. Paz a su alma», expresó el maestro Luis Ovalles, dueño de la orquesta en la que militó Charlie.
De su lado, el exministro de Educación, Carlos Amarante Baret, dio un emotivo discurso sobre la vida de su primo hermano, a quien ayudó a combatir la enfermedad de alcoholismo que lo alejó de los escenarios y de la vida productiva.
«Chelo, como le decimos familiarmente, era muy comprometido con su madre, fue un hijo muy responsable con ella. Chelo tuvo sus hijos, pero, cosas de la vida, la música y el ambiente que se crea, muchas veces deja secuelas negativas en la vida de los artistas. Nuestro querido hermano, en esos andares de la música, probó el alcohol, y el alcohol le hizo mucho daño«, dijo.
El político siguió narrando: «Aprendimos a convivir con él, con su enfermedad, no era fácil para la familia, sobre todo para Carmen, y luego para sus hijas, pero entre todos hicimos un gran esfuerzo; para cuidarlo, para protegerlo lo más que se pudiera».
Dijo que en una ocasión, en los años 90, se lo llevó a trabajar, luego a mediados del 2014, y hasta lo llegaron a internar en una clínica, y pudo mejorar un poco.
«Nosotros, la familia Amarante, nos sentimos satisfechos y hoy al él marcharse físicamente de nuestras vidas lo que va a perdurar es su recuerdo, el recuerdo de un gran artista, porque decía el maestro Luis Ovalles era una de las voces más afinadas que había en República Dominicana».
Expresó que el cantante es un referente del pueblo mocano por sus interpretaciones. Lo definió como un hombre alegre y contento.
A continuación, el video publicado por República Merengue.