Marcio Veloz Maggiolo y la memoria en su literatura

Los lectores de Marcio Veloz Maggiolo conocen muy bien el papel que tiene en sus páginas la memoria, alimentándose de las infinitas variantes que cada testigo o personaje o época, según su punto de vista, cree ciertas o reconoce como inventadas. De hecho, se mezclan en sus libros la memoria individual, la colectiva, la apócrifa y la vicaria (es decir prestada o confiada por otros), la memoria fijada por los historiadores y la que transmite la cultura popular, la actitud disidente, o la mentalidad mágica. Su escritura es un hervidero incansable, una especie de ebriedad que hace que las historias sean ambiguas y polifacéticas, ya que se construyen con fragmentos cambiantes de una infinita pluralidad, con las teselas de un mosaico inacabable.

Con su última obra, publicada hace muy poco, Palimpsesto, el escritor da otro salto al vacío. Cada texto se escribe borrando parte de lo escrito anteriormente y dejando filtrar un poco lo leído y lo aprendido. Se escribe sobre lo escrito, pero algo siempre aflora del fondo y genera visiones paralelas y simultáneas, reinterpretaciones e incertidumbres. La materia prima de las historias aparece compuesta no solo por las experiencias, sino también por el residuo de lecturas y estudios. Y los lectores de Marcio Veloz Maggiolo reconocen enseguida y aprecian la sólida base científica y la cultura enciclopédica que sazonan sus escritos literarios y le dan un toque inconfundible. En el magnífico esfuerzo de su enorme obra narrativa, Marcio Veloz Maggiolo se revela un escritor generoso, ilustrado y valiente, que ha sabido ser él solo casi toda una literatura, cruzando todas las fronteras con imaginación y empatía, hasta dialogar con las brujas volanderas rayanas o con las opias del guayabal de Coaybay, el “cielo fermentado” de los taínos.

Muy pocos autores en la literatura mundial han sido capaces de llegar tan lejos, tan profundo y con un talento tan excepcional. Ahora no es el momento de pensar solamente en lo mucho que perdemos con su fallecimiento. Es el momento de difundir con renovado entusiasmo su creación y su enseñanza, y también su ejemplo de honradez y energía intelectual, su inmenso legado a la cultura dominicana.

Danilo Manera

(Universidad de Milán, Italia)