AfD aprueba su nuevo programa: fin a las restricciones, control fronterizo y salida de la UE
Cuando nació en el año 2013 Alternativa para Alemania (AfD), el partido de la ultraderecha alemán, se pronunció a favor de eliminar el euro en el país. Ocho años después y cuando Alemania se prepara para concurrir a las urnas, el 26 de septiembre próximo, AfD ha aprobado un programa electoral donde se pronuncia, por primera vez, a favor de la salida de Alemania de la Unión Europea. La controvertida medida fue aprobada en el marco de un congreso federal presencial celebrado en Dresde y convocado bajo el lema “Alemania. Pero normal”. Una clara mayoría de los delegados aprobó la moción que prevé la correspondiente modificación del programa electoral para las elecciones al Bundestag. En un acalorado debate, el colíder del partido, Jörg Meuthen, entre otros, se pronunció en contra.
La enmienda aprobada dice: “Consideramos necesaria la retirada de Alemania de la Unión Europea y la creación de una nueva comunidad económica y de intereses europea.” Meuthen, que ocupa un escaño en el Parlamento Europeo por la AfD, defendió con vehemencia el rechazo de esta moción ante los delegados y abogó por la cooperación dentro de la UE con otros partidos, como el partido gobernante húngaro Fidesz. “La AfD no conseguiría nada declarando su deseo de irse. Sería “mucho más prudente” cooperar con otras partes”, dijo Meuthen.
El programa de campaña de la AfD tiene 73 páginas, y como era de esperar, se mantiene fiel a sí mismo: fundada como partido anti euro, vuelve a reclamar la vuelta al marco alemán, desea regresar al servicio militar obligatorio, implementar estrictos controles fronterizos y seguir produciendo energía con el carbón y la energía nuclear. También declaran la guerra a la inmigración, ofrecen la acogida a cristianos perseguidos y granjeros blancos de Sudáfrica y reclaman un acercamiento a la Rusia de Putin.
En el tema de la inmigración, al que tanto le debe AfD, principal crítico de la gestión de Angela Merkel de abrir las fronteras del país a casi un millón de refugiados en septiembre de 2015, también se impuso la línea dura. La inmigración —incluida la de trabajadores cualificados— se va a restringir severamente y se aprobó un pasaje que básicamente niega la escasez de trabajadores cualificados. La “supuesta escasez de trabajadores cualificados” es una “narrativa construida por la industria y las asociaciones empresariales, así como por otros grupos de presión”, dice el partido
La AfD también exige el “rechazo de cualquier reagrupación familiar para los refugiados”. Los críticos de esta redacción señalaron que esto ni siquiera era legalmente posible. El dirigente estatal de Turingia, Björn Höcke, contraatacó señalando que lo único que importa es enviar un mensaje político a los votantes. Un delegado recordó a sus colegas que la AfD es un partido familiar y que una moción de este tipo acarrearía acusaciones de falta de humanidad.
En otra parte de su programa electoral, el partido de ultraderecha dice que la admisión humanitaria sólo debe concederse a personas seleccionadas por el Bundestag que tengan una necesidad especial de protección, “para cuya selección es un criterio importante un origen cultural y religioso compatible con el sistema de valores y la sociedad alemanes”.
En su programa para las elecciones al Bundestag del 26 de septiembre, los delegados también añadieron el siguiente pasaje: “La Bundeswehr [Fuerzas Armadas alemanas] debe volver a cultivar un fuerte espíritu de cuerpo, sus tradiciones y los valores alemanes. Las virtudes del soldado son el honor, la lealtad, la camaradería y la valentía. La Bundeswehr debe vivir las mejores tradiciones de la historia militar alemana”.
Congreso presencial
En su discurso de apertura, Jörg Meuthen, que preside la formación junto a Tino Chrupalla, acusó a la canciller, Angela Merkel, y a los partidos de coalición de haber “destruido paso a paso” el país en los últimos 16 años y declaró la guerra frontal a los Verdes a quienes etiquetó como una organización “camuflada de supuestos ecologistas”, pero representantes del “socialismo”. Meuthen también manifestó su satisfacción además por el hecho de que su partido decidiera celebrar su segundo congreso federal desde el comienzo de la pandemia en formato presencial y ante unos 600 delegados, una decisión destinada a demostrar que no existe la necesidad para lo que llamó “orgía de prohibiciones”.
Para evitar profundizar la división del partido que tiene enfrentado a los líderes de la fracción más radical con los llamados conservadores, el congreso decidió aplazar la designación de los futuros dirigentes parlamentarios que sucederán a Alexander Gauland y Alice Weidel, de 80 años.
Chrupalla, un exartesano de 45 años convertido en diputado sajón, tiene la llave para representar al ala más dura del partido en el Parlamento. El otro extremo del espectro podría estar representado por Joana Cotar, diputada de 48 años en Hesse (oeste).