Cinco cosas que reveló “The Crown” sobre el príncipe Felipe
Quizá sea una serie de televisión, pero gran parte de lo que vemos en “The Crown” no está tan alejado de la realidad, y así lo confirmó el propio príncipe Harry. Las palabras exactas de Harry a James Corden fueron: “Por supuesto que no es estrictamente exacto, pero da una idea aproximada de lo que es ese estilo de vida, las presiones de poner el deber y el servicio por encima de la familia y todo lo demás”.
Basados en esa declaración, la exitosa serie de Netflix ha de ser un buen referente sobre quién fue el príncipe Felipe. En la vida real, siempre se mantuvo al margen de los asuntos de la Corona Británica (o al menos es la impresión que daba) y no fue hasta que vimos la serie que profundizamos en su rol como esposo, padre y miembro de la realeza. A continuación, recopilamos cinco cosas que reveló “The Crown” sobre el hoy fenecido Duque de Edimburgo.
Un hombre enamoradizo
La primera temporada de la serie nos pinta a un joven Felipe muy conservador, que disfrutaba practicar deporte, enamoradizo y encantador. Él disfrutaba enamorar a la entonces heredera al trono como si se tratase del mayor trofeo. Algunas controversias que aborda la serie son las múltiples veces que le fue infiel a su esposa, con quien duró más de seis décadas de matrimonio.
Como le decía a la reina
De la relación de Isabel II Y Felipe poco se sabía, pues solo ocasionalmente se dejaban ver juntos en público. Sin embargo, gracias a la serie pudimos descubrir ciertas intimidades de la pareja, como, por ejemplo, que el príncipe llamaba a su esposa “Repollo”. Se trata de un dato curioso que confirma el director de la película “The Queen”, Stephen Frears, quien aseguró haber preguntado en los círculos reales para descubrir que así la llamada de vez en cuando.
Su tensa relación con Carlos
Por mucho tiempo se ha especulado sobre la tensa relación que existía entre él y Carlos, lo que la serie vino a confirmar. En “The Crown” podemos darnos cuenta de que la estricta formación del padre de William y Harry fue gracias al hoy fenecido duque, quien siempre quiso que su hijo siguiera sus pasos en cuanto a formación militar se refiere.
Tuvo que renunciar a ciertas cosas para casarse
Unir su vida en matrimonio con la reina le costó ciertos sacrificios, como renunciar a su nacionalidad para convertirse en británico naturalizado y abandonar su título real griego. Felipe era «príncipe de Grecia y Dinamarca”, sin embargo, una vez se casó con Isabel II pasó a ser Duque de Edimburgo. Además de eso, también tuvo que renunciar a su religión ortodoxa griega y a su lealtad a Grecia.
No le gustaba vivir a la sombra de su esposa
Estar siempre dos pasos atrás de Su Majestad no era muy del agrado de Felipe. Los conflictos se iniciaron cuando supo que sus hijos no llevarían su apellido, sino el de su esposa. Y es que Windsor, el apellido de la reina, se prioriza desde su coronación en 1953 en todos sus descendientes (excepto Archie, quien sí lleva el apellido de su abuelo, Mountbatten, por no ser miembro de la realeza).