El opositor ruso Navalni, trasladado a la enfermería de la prisión
La salud de Alexéi Navalni, en huelga de hambre desde hace una semana, se ha deteriorado. El destacado opositor ruso, encarcelado en una severa colonia penal a un centenar de kilómetros de Moscú, ha sido trasladado a la enfermería de la prisión con signos de una enfermedad respiratoria, según han informado los médicos del sistema penitenciario a medios estatales rusos. Sus abogados, que han podido verle, aseguran que está “en bastante mal estado”. “Este hombre está gravemente enfermo”, ha dicho su abogada Olga Mijailova a la radio Eco de Moscú. “Es una completa indignación que [el penal] IK-2 lo haya llevado a esta situación”, ha insistido.
Navalni, el crítico más visible y agudo del presidente ruso, Vladímir Putin, afirma que tiene 38,1° de fiebre y tos. Los sanitarios de la colonia le han hecho las pruebas de coronavirus, según el diario pro-Kremlin Izvestia. Pero el opositor ha asegurado en una publicación en sus redes sociales -que su equipo mantiene con los mensajes que envía a través de sus abogados- que varios presos de su sala han sido trasladados al hospital con tuberculosis, una enfermedad todavía enquistada en el sistema penitenciario ruso. El activista, con su habitual humor ácido y negro, bromeo que quizá la tuberculosis podría distraerle de los dolores de espalda y el entumecimiento de piernas que sufre.
El conocido activista anticorrupción, que se recuperó de un grave envenenamiento sufrido el pasado verano en Siberia y del que culpa directamente al líder ruso, cumple dos años y medio de condena por infringir la libertad condicional de una polémica sentencia antigua mientras estaba en Alemania recibiendo tratamiento por el ataque con veneno.
El opositor ha denunciado que, desde su llegada, las autoridades de la colonia penal le están negando la atención médica adecuada y le están sometiendo a lo que considera “torturas” de privación del sueño, ya que ha sido declarado como preso en riesgo de fuga y durante la noche un guardia le despierta cada hora para verificar que no ha huido.
Navalni, que regresó voluntariamente a Moscú pese a saber que con toda probabilidad sería detenido y procesado, inició una huelga de hambre el 31 de marzo ante la negativa de las autoridades a que reciba la visita de un médico especialista para que le vea y le trate.
Su médica personal, Anastasia Vasilyeva, se ha acercado este martes a las puertas de la colonia penal, en Pokrov, junto a otra decena de sanitarios, miembros de la Alianza de los Médicos, un sindicato afín al opositor ruso y que lidera Vasilyeva, para exigir atención sanitaria para Navalni. La médica, que se mostró gravemente preocupada por la salud del opositor, alertó de que todavía podía empeorar más sin una correcta atención antes de ser detenida junto a una decena de personas que se concentraba junto al penal.
Navalni lleva semanas pidiendo que al menos se le traslade al hospital. Las autoridades han insistido en que le están dando la atención necesaria. Sin embargo, este martes, su esposa, Yulia Naválnaya, ha publicado en su cuenta de Instagram una carta enviada por el director del penal en la que le apunta que no puede enviar a su esposo al hospital porque no tiene su pasaporte. Algo que Naválnaya ha considerado una burla.
Las autoridades de la región donde está el penal han llegado a acusar a Navalni de mentir y fingir sus síntomas. También el Kremlin ha remarcado que Navalni recibe la atención médica necesaria. Hace unos días varios canales de televisión estatal difundieron imágenes de videovigilancia en las que se veía a Navalni caminar por la colonia penal, en un intento de demostrar que puede hacerlo sin dolor. Aunque las imágenes eran difusas y no se determinó cuándo fueron grabadas.