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La bombera a la que no permitieron ayudar a George Floyd: “Había un hombre que estaba siendo asesinado”

La bombera a la que no permitieron ayudar a George Floyd: “Había un hombre que estaba siendo asesinado”

La bombera a la que no permitieron ayudar a George Floyd: “Había un hombre que estaba siendo asesinado”

– Usted llamó “perras” a los policías, ¿verdad?

– Mmm…Me enojé bastante después de que subieran al señor Floyd a la ambulancia, y ya no tenía sentido razonar con ellos porque acababan de matar a alguien.

Hace 10 meses, Genevieve Hansen, una bombera y técnico de emergencias médicas, pasó andando por la avenida Chicago con la 38 de Minneapolis cuando vio una patrulla policial y se acercó para ver si conocía a algún agente o requerían de su asistencia. La mujer, de 27 años, estaba fuera de servicio y cuando llegó a la escena, los policías le ordenaron que se apartara. Vestida con su uniforme de bombera, Hansen fue la última testigo en subirse al estrado este martes en el juicio contra el policía Derek Chauvin, acusado de asesinar a George Floyd el 25 de mayo de 2020. “Había un hombre que estaba siendo asesinado”, testificó Hansen, apuntando que ella habría podido brindar atención médica, pero que a Floyd “se le negó ese derecho”.

Cuando los fiscales le preguntaron cómo se sintió al no poder asistir al afroamericano, Hansen rompió a llorar y contestó que “totalmente angustiada”. “Les supliqué. Estaba desesperada por ayudar”, agregó. La bombera se recriminó no haber llamado inmediatamente al servicio de emergencias 911 para que acudieran los paramédicos después de ver cómo Chauvin clavaba la rodilla en el cuello de Floyd. Hansen aseguró que ella podría haber revisado si el entonces detenido padecía de una lesión en la médula espinal por el enorme peso que cargó en el cuello, abrirle las vías respiratorias para comprobar si había alguna obstrucción y chequearle el pulso. Si no lo encontraba, comenzar con las compresiones. La bombera estaba capacitada para realizar todas esas labores, pero los agentes se lo impidieron y una hora después de que trasladaron a Floyd al hospital, el afroamericano murió.

Para Hansen fue evidente que el estado de consciencia de Floyd estaba “alterado” porque no se movía incluso cuando Chauvin inclinaba su cuerpo con más fuerza hacia su cuello. “Esos son estímulos dolorosos”, explicó la bombera en el juzgado del condado de Condado de Hennepin. “¡Dime cuál es su pulso en este momento!”, le gritó Hansen a los agentes mientras grababa la escena donde otros transeúntes también los presionaban para que dejaran en paz a Floyd mientras este reclamaba que no podía respirar.

Eric Nelson, el abogado del expolicía, interrogó a Hasen sobre cuánto le costaría hacer su trabajo si tuviera a una docena de personas gritándole al lado o incluso amenazándola. Ella respondió que no le molestaría porque confiaba en el entrenamiento que había recibido. Y la testigo terminó por responder: “Su pregunta es imprecisa porque no sabe [en qué consiste] mi trabajo”.

En el juicio se escuchó la grabación de la llamada al 911 que hizo la mujer después de que Floyd fue trasladado al hospital: “Literalmente vi a los agentes de la policía no tomarle el pulso y no hacer nada para salvar a un hombre”, acusó la bombera, dejando claro que tenía todo en vídeo. Esta es la tercera testigo que llamó a la “policía de la policía” para dar cuenta de lo sucedido. Cuando el abogado de Chauvin le preguntó si la gente que se había congregado alrededor de la escena estaba perturbada, Hansen le respondió: “No sé si ha visto morir a alguien, pero es perturbador”.

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