Mauricio Macri reaparece en la política argentina con un libro e insinúa su interés en volver a la presidencia
Mauricio Macri ha vuelto. El expresidente salta de nuevo a la cancha política de la misma forma en que lo hizo su gran enemiga, Cristina Fernández de Kirchner: con un libro. Si el de ella se llamó Sinceramente, aunque no fuera del todo sincero, el de Macri se llama Primer tiempo. Lo que da idea de que el expresidente confía en disfrutar de un segundo tiempo, de una segunda oportunidad para “transformar Argentina”.
El hombre que en 2019 fue derrotado por la dupla peronista de los Fernández, Alberto y Cristina, presentó su libro (que, según la editorial, ya anda por los 70.000 ejemplares gracias a la preventa) ante un público fiel y entregado. El Centro de Convenciones de Buenos Aires, a media capacidad por la pandemia, estalló en aplausos cuando Macri dijo que “el kirchnerismo es la forma terminal del populismo” y pronosticó que tras el fracaso del actual Gobierno llegarían “veinte años de reformas y prosperidad”.
Mauricio Macri recurrió ocasionalmente a la demagogia (como cuando dijo que sus políticas habrían permitido “que en Argentina ahora hubiera vacunas para todos”), pero concentró su mensaje en justificar los errores de su mandato y en subrayar los éxitos. “Aprendimos de los errores y no volveremos a cometerlos”, aseguró. La actual crisis bajo un gobierno peronista suponía también, según él, un “aprendizaje” para la sociedad argentina.
En el capítulo dedicado al fracaso económico, causa fundamental de su derrota ante los Fernández, reconoce que hubo equivocaciones. Pero concluye que no debe ser severo consigo mismo, porque no se podía hacer más con la ruina que le legó Cristina Fernández de Kirchner. “Cuando asumimos el Gobierno, Argentina estaba en quiebra asintomática”, afirmó en la noche del jueves, durante el acto de presentación.
El expresidente no aclaró si pensaba presentarse a las presidenciales de 2023, aunque el tono electoral de la presentación daba alguna pista sobre el asunto. Insistió en que durante su mandato se habían logrado muchas cosas, entre ellas una administración transparente y una actitud respetuosa con la independencia judicial (sobre el segundo punto podrían plantearse objeciones), y en que era necesario reemprender con urgencia el camino de las reformas. Había que abrir Argentina al comercio mundial, dijo, y convertirla de nuevo en el “gigante” que fue un siglo atrás.
Mauricio Macri ya no es el líder indiscutible del macrismo. La exgobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta; y la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, albergan aspiraciones presidenciales. A Macri podría ocurrirle lo que a su archienemiga Fernández de Kirchner: despierta grandes entusiasmos, pero también grandes rechazos, lo que dificulta la consecución de una mayoría electoral. En cualquier caso, Macri mantiene una intensa conexión emotiva con los suyos. Fue el líder de un movimiento muy esperanzador para muchos argentinos e incluso en los últimos meses de su mandato, cuando todo era amargura y ganar la reelección resultaba ya claramente imposible, congregaba en las calles a millones de personas.
El acto se apoyó en breves intervenciones filmadas de invitados telemáticos (entre ellos Mario Vargas Llosa, Fernando Savater, Julio María Sanguinetti, Pilar Rahola, Juan José Campanella) que, tras los correspondientes elogios al libro y a su autor, formulaban una pregunta. Sanguinetti, expresidente de Uruguay, quiso saber cuándo comenzaría el “segundo tiempo” del macrismo. “El segundo tiempo ya comenzó”, proclamó Macri, “hay que saltar a la cancha”.
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