La socialdemocracia italiana busca su fichaje estrella
Enrico Letta llevaba 10 meses al frente de Italia cuando notó el acero helado de un puñal en el costado. Un joven florentino de 39 años, Matteo Renzi, que había sido elegido hacía poco nuevo secretario del Partido Democrático (PD) de Italia, quería su puesto y se lo hizo saber. Letta, un hombre de profundos conocimientos y refinada visión de la política, no estaba preparado para el ataque. Y menos de alguien de su propio partido. Tuvo que dimitir (en febrero de 2014) y dedicarse a la universidad. Renzi gobernó tres años, se fue, volvió, apuñaló a tanta otra gente —el último ha sido el ex primer ministro Giuseppe Conte— y el país se sumió en la mayor tormenta populista de su historia.
Siete años después, Letta (54 años) se ha convertido en la gran esperanza del partido para poner orden en la casa. La dimisión del secretario general del PD, Nicola Zingaretti, ha dejado al partido socialdemócrata en una situación nefasta. Los sondeos le colocan en cuarto lugar, por detrás de la Liga, el Movimiento 5 Estrellas y Hermanos de Italia. Las malas noticias crecen con el ascenso de los grillinos, que robarían parte del electorado al PD si al final optan por el liderazgo de Giuseppe Conte, como parece ya descontado. Solo un fichaje estrella, como el que supondría el regreso de Letta, podría competir con el tirón de otro ex primer ministro. Pero las dudas del profesor son muchas. Más después de que en 2014 el partido lo dejase caer y ahora quiera que sea el que barra todos los platos rotos en siete años. “Llevo el PD en el corazón y estas peticiones tocan lo más profundo. Pero esta inesperada aceleración me pilla desprevenido: necesitaré 48 horas para reflexionar bien. Luego, decidiré”, ha afirmado.
El liderazgo de Nicola Zingaretti, elegido en 2018 tras los malos resultados que obtuvo Matteo Renzi cuando todavía lideraba al PD, ha durado apenas tres años. Su dimisión, explicó él mismo, es fruto de las tensiones internas que tradicionalmente han electrocutado cualquier avance de un partido que pierde apoyos cada vez que Italia pone las urnas en todo el país. “Me da vergüenza que en el PD desde hace 20 días se hable solo de cargos y de primarias, cuando en Italia está estallando la tercera ola de la covid-19”, dijo después de que se repartiesen todos los cargos del nuevo Ejecutivo de Mario Draghi y volasen los cuchillos en su formación.
Condiciones
La realidad es que su capacidad de liderazgo y transformación del partido no ha tenido demasiado relieve y los pesos pesados han impuesto a menudo su criterio. Zingaretti ha ido a rebufo de todos los grandes acontecimientos: desde el pacto con el M5S, al que primero se negó, hasta el reciente apoyo a Draghi: dijo que el PD apoyaría a Conte u optaría por las elecciones. El problema de Zingaretti, como el de tantos líderes en el volátil panorama italiano, es que ni siquiera tenía el control de los parlamentarios del partido, que habían sido elegidos por Renzi en las últimas elecciones.
Letta ha pasado los últimos años dedicado al mundo universitario. Hoy es decano de Asuntos Internacionales en la prestigiosa Sciences Po de París y presidente del Instituto Jacques Delors. Pero también dirige el foro Italia-España, que lleva dos décadas celebrándose. El ex primer ministro, que también estaba en las quinielas para la próxima presidencia de la República, parece inclinado a aceptar el encargo. Dicen en su entorno que quiere volver a la política activa. Pero, según La Repubblica, ha puesto condiciones: la unanimidad en su elección y la garantía de un mandato largo.
El regreso de Letta confirmaría la tradición de los primeros ministros italianos de no marcharse nunca del todo. Si se produce, se daría la circunstancia de que los cuatro principales partidos en número de parlamentarios que conforman el apoyo a Mario Draghi (M5S, Italia Viva, Partido Democrático y Forza Italia) estarían liderados por ex presidentes del Consejo de Ministros: Silvio Berlusconi, Renzi, Conte y Letta. Un síntoma más de la falta de banquillo de la política. O de la importancia que las formaciones dan al momento Draghi.