Mazara: lo que espera por el empeño que hace
El dominicano Nomar Mazara sintió que finalmente estaba tomando el ritmo cuando terminó la temporada. Estaba dándole con fuerza a la bola, pero no con la frecuencia ni elevación necesaria.
Luego de tener un bache de siete hits en 40 turnos, con 16 ponches en 11 juegos entre el 1ro y 16 de septiembre del 2020, el oriundo de Santo Domingo comenzó a recuperarse en las últimas dos semanas. Luego dio tres imparables en dos juegos con los Medias Blancas, en la Serie del Comodín ante los Atléticos, incluyendo un doblete y un sencillo remolcador en el definitorio Juego 3.
“Probablemente haya sido el primer año en el que siento que no me sale nada. Estaba tratando de levantarme. Si hubiese sido una temporada larga, probablemente hubiese pensado: ‘Trataré de recuperarme en la segunda mitad. Aún tengo tiempo’. Pero en mi mente sabía que no había tiempo para hacerlo. Tenía que hacerlo de inmediato”.
“Cuando lo logré, ya quedaban como cinco juegos. Luego me calenté en la postemporada, pero ya era tarde. Aprendí la lección”, explica Mazara a Jason Beck, quien está a cargo de la cobertura de los Tigres de Detroit para MLB.com y quien hace la publicación en sus páginas.
Una temporada completa lo hubiese puesto en el camino a recuperarse en la segunda mitad y luego buscar un buen contrato en el receso de campaña. En vez de eso, el abrupto final de temporada dejó a Mazara con los peores promedios de su carrera de bateo (.258) y OPS (.598), pese a tener su mejor tasa de batazos fuertes (48.9%); posicionándose en el mejor 10% de la liga.
Una temporada completa lo hubiese puesto en el camino a recuperarse en la segunda mitad y luego buscar un buen contrato
Eso puso a los Tigres en posición de traer a un jugador que pueda elevar su ofensiva.
“Estoy en una buena posición. Mi swing se siente muy, muy bien”, dijo Mazara. “Enfrenté pitcheo en vivo y estoy en donde espero estar ahora mismo”.
A pesar de todo, tomó tiempo. La espera para que Mazara y los Tigres llegaran a un acuerdo duró más que la temporada. Luego hubo que esperar por la llegada del dominicano, tras superar los protocolos de COVID-19 para llegar a los campamentos.
“Hubo muchos equipos interesados. Por eso estábamos esperando”, dijo Mazara sobre el pacto por un año y US$1,750,00. “Pero tomamos la decisión correcta porque los Tigres fueron de los primeros en contactarnos. Te hace pensar que es la oportunidad correcta”.
No fue hasta después de firmar que Mazara se dio cuenta que su nuevo coach de bateo era alguien que conoce muy bien. No sólo Scott Coolbaugh trabajó junto a Mazara en el último año siendo coach auxiliar de bateo con los Medias Blancas, sino también coincidió con el dominicano en las fincas de los Rangers.
De alguna manera, Coolbaugh puede ayudar a Mazara a regresar a su forma de Texas, en donde tuvo tres temporadas consecutivas con al menos 20 jonrones, quedándose a uno de una cuarta en el 2019. Coolbaugh puede ayudar al quisqueyano a continuar lo hecho a finales del año pasado, habiendo jugado un papel importante en su reacción.
“El año pasado fue difícil. [Coolbaugh] vio que estaba entrenando fuerte para recuperarme”, dijo Mazara. “Estaba tratando de descifrar el problema, pero mi swing simplemente estaba muerto. Trabajaba desde muy temprano con él, haciendo ejercicios adicionales de bateo. Es una de esas personas que estará contigo sin importar nada. No importa cuál sea la situación, estará abierto”.
“Es el tipo de coach que quieres tener a tu alrededor. Sin importar la situación, él siempre tendrá su puerta abierta para ayudarte. No sabía que estaba aquí hasta que firmé con el equipo. Me emocioné mucho. Le envié un mensaje de texto de inmediato. Estoy emocionado por trabajar con él. Tiene la oportunidad de trabajar con mucha gente aquí”.
Igual de importante para Mazara es que ahora tendrá la oportunidad de entrenar mucho en los campamentos antes de comenzar una temporada completa. Espera empezar a jugar en la pretemporada tan pronto como el domingo, dándole tres semanas de preparación y conversaciones con Coolbaugh.
Mazara ya se siente más preparado que el año pasado.
“Estaba moviendo mucho el cuerpo y haciendo contacto, pero no estaba elevando la bola”, dijo Mazara. “Ahora no tengo tanto movimiento y he podido llevar el ángulo de salida a donde quiero. Esa es la clave para mí. He estado trabajando muy, muy duro”.